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El conseller de Territori i Sostenibilitat, Josep Rull, cierra el Simposio sobre suelo no urbanizable

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© Toni Vilches

El conseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, Josep Rull, y el decano del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, Lluís Comerón, cerraron el pasado viernes 21 de septiembre el I Simposio sobre Suelo No Urbanizable (SSNU), en el Auditorio Josep Irla del Edificio de la Generalitat de Catalunya en Girona. El simposio está organizado por la Demarcación de Girona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) dentro de los actos del Congreso de Arquitectura 2016.

La alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, y el presidente de la Demarcación de Girona del COAC, Narcís Reverendo abrieron la jornada. Seguidamente el arquitecto Esteve Corominas, recordó y remarcó dos temas que han ido saliendo en todo el simposio. Por un lado, explicó que los usos del suelo no urbanizable, con la entrada de las nuevas tecnologías, tienen que poder abarcar nuevas actividades y el mundo rural tiene que poder tener una nueva vida. De la otra, hizo referencia al paisaje, como éste se ha sido transformado con nuevas construcciones, y que hay que asear los límites del entorno urbano. Corominas es de la opinión que sobre todo hay que trabajar con la frontera del suelo urbano y el suelo no urbanizable. Habló que quizás hacen falta nuevas acciones en los ayuntamientos como formar a los técnicos en estos aspectos y facilitar la intervención a escala local. Corominas insisitió en que hay que hacer un cambio de escala en el paisaje incorporando una nueva mirada, e incorporando nuevas herramientas y medidas para configurarlo.

Por su parte, Joaquim Nadal, director del Instituto Catalán de Investigación del Patrimonio Cultural (ICRPC) y antiguo conseller de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat de Catalunya, remarcó su convencimiento de que "no hay y no  puede haber política de paisaje" sino que es partidario de hacer política territorial. Nadal expuso que primero se tiene que mirar la globalidad del suelo no urbanizable y después entrar en el detalle, "si no, no entenderemos lo que ha pasado, está pasando y que puede pasar en un futuro". También remarcó que se tiene que combatir el mito de la naturalització del paisaje y reconocer la huella humana a lo largo de la historia. Y comentó que hay que hacer un análisis histórico para detectar los males del suelo no urbanizable causados por los factores del crecimiento demográfico, los cambios sociales y los cambios tecnológicos, entre otros. Otro punto que expuso es la limpieza de los elementos impropios y que hay que dar nuevos usos a las edificaciones existentes. Concluyó su discurso afirmando que, "si hay una sobreprotección del suelo no urbanizable, desaparecerán los labradores y la naturaleza nos parecerá indeseable (antes muy segado, cuidado y ahora abandonado)" y que hace falta un camino con márgenes, puesto que andar por estos también es útil.

Seguidamente, la geógrafa y presidenta del Consejo Insular de Menorca entre 1999 y 2008 Joana Barceló, dedicó su intervención a explicar cómo la geografía y el paisaje son disciplinas que permiten analizar el espacio. Gran parte de la explicación estuvo centrada en el Plan Territorial de Menorca, del cual participó en su redacción. Éste tenía las premisas de su carácter aislado, la actividad agraria que se llevaba a cabo, la horizontalidad y la amenaza del desarrollo urbanístico. Se optó por la ordenación global, puesto que "el suelo no urbanizable no entiende de fronteras" y es un conjunto de complejidad con todos sus componentes (social, económico, natural...). Afirmó que el paisaje es fruto de una buena ordenación territorial y no basta con las limitaciones de edificación y de infraestructuras, sino que se tienen que regular los usos en las diferentes categorías de los diferentes suelos. Barceló dijo que "si somos capaces de hacer ciudades más amables, no tan densas, que hacen que la gente quiera marchar de la ciudad, no haremos tanta presión a la naturaleza". En la elaboración del plan utilizaron la estrategia colectiva; entendieron la isla homogéneamente dando importancia al contenido, no sólo a las formas y los límites. Se tuvo en cuenta la capacidad de carga del territorio y el modelo de crecimiento, y apostaron por la calidad y no la cantidad. Barceló concluyó que hacen falta normas simples, claras y contundentes, con criterios compartidos, aplicándolos sin excepción, puesto que "la calidad de ordenación se visualiza sobre todo en el paisaje".

Enric Alcalde, director del Máster de Paisaje MBLandArch (ETSAB-UPC) hizo la reflexión que "la ciudad quiere ser naturaleza y que tenemos un campo que quiere ser ciudad". Enseñó diferentes estudios donde los espacios abiertos que están en diferentes suelos (urbano, no urbano), el ciudadano lo utiliza igual. Explicó que cree que es muy importante la conectividad, pero, en cambio, "nos hemos dedicado a cortar los sistemas de movilidad lenta" (peatón y ciclista). Alcalde es de la opinión que se tiene que trabajar en todas las escalas: desde la territorial al detalle, desde el satélite a la lupa. Comentó que cada proyecto urbano tiene la oportunidad de generar nuevos espacios y límites. También afirmó que el paisaje virgen no existe y que tenemos muchos paisajes degradados que se pueden recuperar. Lo ejemplificó con su proyecto de vertedero del Garraf. Según él, se hacen reglamentaciones absurdas, "se tienen que tener los campos cultivados, no los papeles, tenemos que superar la habitual subdivisión entre el suelo urbano y el suelo no urbanizable para avanzar hacia unas leyes que regulen las necesidades reales de nuestro territorio, evitando las extensiones urbanas innecesarias y a la vez aceptando la implantación de actividades de ocio en los paisajes agrícolas". Explicó que los límites habitualmente son líneas administrativas y no reales, y que se tiene que tener conciencia que el borde está entre dos lugares, entre la ciudad y la naturaleza, en contraposición con la idea tradicional que es en un lugar (ciudad o naturaleza).

Manel Falcó, relator y miembro de la Comisión Técnica del Simposio, recordó que se ha querido hacer este simposio desde la diversidad de ópticas; desde las ideas parecidas y las confrontadas, y a pesar de que el suelo no urbanizable da para mucho, se ha querido centrar en dos conceptos: actividades y aquello construido y el paisaje. Halcón expuso que hoy en día el suelo no urbanizable tiene mucha presión debido a las nuevas actividades, las edificaciones abandonadas, etc. y que necesita otra legislación. Y dio pie a la intervención del director general de Ordenación del Territorio y Urbanismo de la Generalitat de Catalunya, Agustí Serra, que hizo la exposición a partir de dos bloques diferenciados.

Agustí Serra empezó haciendo un resumen de la evolución de la legislación urbanística. Explicó que estamos en un marco regulador de una gran complejidad y que la nueva Ley del Territorio quiere superar este hecho, haciendo una gran reflexión. Confirmó que "los actuales instrumentos urbanísticos son de una época y en algunos casos están desajustados y descontextualitzats". También explicó que el 93,96% del suelo catalán está clasificado como suelo no urbanizable donde hay 489.501 edificaciones. También explicó que la tramitación del suelo no urbanizable es de un volumen considerable y no dispone de una regulación coherente. Serra concluyó que el suelo no urbanizable "ha sido siempre demasiado residual, sin ningún tipo de planificación ni estrategia" y expuso diez ámbitos temáticos principales de la nueva Ley de Territorio. Uno de los temas que cambiará será que el suelo no urbanizable pasará a denominarse espacios abiertos, y que su regulación será supramunicipal; incorporando la custodia de finca con deberes de restitución. En conclusión, expuso que se busca una nueva visión coherente con el territorio.

Después de estas dos intervenciones tuvo lugar la mesa redonda formada por el mismo Agustí Serra junto con Jordi Sargatal, zoólogo; naturalista y ex-director del Parc Natural dels Aiguamolls de l'Empordà y de la Fundació Territori i Paisatge; Sebastià Jornet, arquitecto y urbanista, profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio a la UPC y presidente de la Agrupación de Arquitectos Urbanistas de Cataluña (AAUC) del COAC; y Josep Maria Mallarach, geógrafo, ambientólogo, doctor en filosofía y profesor de la Universitat de Girona.

El Simposio lo cerraron el conseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat de Catalunya, Josep Rull, y del decano del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya, Lluís Comerón.

Con esta jornada se llega al final de los tres días donde más de treinta profesionales (arquitectos, urbanistas, paisajistas, geógrafos) han puesto sobre la mesa los dos grandes bloques que ha tratado el simposio: las construcciones y las actividades, el 7 de octubre en Figueres, y el paisaje, el 14 de octubre en Olot. Y que han servido para hacer preguntas sobre el futuro de esta tipología de suelo y cómo tiene que afrontar las transformaciones que se le tienen que aplicar con una nueva normativa.  

El Simposio de Suelo No Urbanizable ha sido organizado por la Demarcación de Girona del Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC), y cuenta con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, la Diputació de Girona, los Ayuntamientos de Girona, Figueres y Olot, el Observatorio del Paisaje, y la Fundación de Estudios Superiores de Olot.

27/10/2016
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