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Revista de corresponsales: Las certificaciones en materia de sostenibilidad en construcción: el DGNB de Alemania

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La sostenibilidad es un concepto que se ha vuelto cada vez más relevante en el ámbito de la arquitectura, especialmente ante los desafíos ambientales y sociales que enfrenta al mundo actual, de tal forma que diseñar y construir edificios que minimicen el impacto negativo sobre el entorno natural y humano, y que optimicen el uso de los recursos energéticos y materiales ya no es una opción, sino que se ha convertido en una necesidad. No obstante la sostenibilidad también busca mejorar la calidad de vida de las personas que habitan o visitan los espacios arquitectónicos, así como promover la participación y la responsabilidad social y estos aspectos todavía no se ven implementados en la gran variedad de certificaciones de sostenibilidad disponibles en actualidad como veremos en este artículo.

Alemania es uno de los pioneros y líderes mundiales en el desarrollo e implementación de estrategias y normativas para fomentar la construcción sostenible, así como en la innovación y la investigación en este ámbito. Existen numerosos certificados dentro y fuera de Europa que acreditan la sostenibilidad en arquitectura en distintas categorías. La mayoría de las certificaciones existentes son de origen privado, lo que dificulta su integración con las normas públicas de los Estados. Por eso, la Unión Europea realizó en 2014 un estudio para crear un sistema común de certificación de edificios no residenciales y de uso público. El propósito del estudio era proponer una certificación única para la Unión Europea y buscar formas de mejorar y estandarizar los certificados de eficiencia energética en cuanto a coherencia, utilidad, accesibilidad y precisión. Si bien no se logró avanzar en un certificado europeo conjunto, el estudio sí permitió tener una visión más clara de los diferentes tipos de certificación y el foco de atención de cada una de ellas.

El documento clasifica las principales certificaciones mundiales en 3 grupos según el éxito de mercado, alto, medio y bajo. Dentro de las certificaciones de alto éxito de mercado encontramos en el ámbito internacional la certificación LEED (EE.UU., 1993) y la certificación BREEAM (Reino Unido, 1990). En el ámbito europeo existe una gran variedad de certificaciones, de las que podrían destacarse dentro de las de alto éxito de mercado el PassivHaus (Alemania, 1988), HQE (Francia, 1992), el Minergie (Suiza, 1998) ) así como el VERDE (España, 2007), si bien éste último no se consideraba en el estudio de la CE como una certificación de bajo éxito de mercado. Sumado a las certificaciones anteriores, una de las más extendidas en países de habla germánica y del que nos ocuparemos en este artículo, es la certificación DGNB (2007), del Consejo Alemán para la Construcción Sostenible.

El sistema de certificación de sostenibilidad en edificios DGNB es una herramienta que evalúa el desempeño ambiental, social y económico de las construcciones, desde su diseño hasta su uso y mantenimiento. El objetivo de esta certificación es promover una arquitectura que contribuya al desarrollo sostenible, reduciendo el impacto negativo de los edificios sobre el medio ambiente y la salud de las personas.

El sistema DGNB se basa en un concepto holístico de la sostenibilidad, que considera aspectos como la calidad ambiental, la eficiencia energética, el confort y la seguridad de los usuarios, la funcionalidad y la adaptabilidad de los espacios, la accesibilidad, la calidad técnica y constructiva, y la viabilidad económica a lo largo del ciclo de vida del edificio. Este aspecto holístico lo diferencia de los otros sistemas de certificación mencionados anteriormente, especialmente los más antiguos, que evalúan principalmente la sostenibilidad ecológica de un edificio y no aspectos más vinculados a la usabilidad y al confort (exceptuando el sistema WELL (EE.UU., 2014) ) que precisamente se enfoca en la salud y bienestar de los ocupantes y la certificación española VERDE, que incluye un apartado valorando los aspectos sociales).

Para obtener la certificación DGNB, el edificio debe cumplir con unos requisitos mínimos y conseguir una puntuación global según los criterios establecidos por la entidad que desarrolló y gestiona este sistema. El sello de calidad para la construcción sostenible se otorga en los niveles de calidad platino, oro, plata y bronce en función del porcentaje obtenido en los parámetros que definen a una categoría concreta de sostenibilidad.

Además abre la posibilidad de adaptarse a cambios técnicos y sociales; en el caso de la accesibilidad por ejemplo, implica que se cumplan los requisitos necesarios para una implementación más exhaustiva de la accesibilidad en caso de necesidad (lo que se produce cuando se contrata a un empleado con necesidades especiales); también incluye diferencias específicas de cada país, como las condiciones climáticas o los requisitos legales y estructurales en la evaluación.

En cooperación con organizaciones no gubernamentales y sin fines de lucro en el extranjero, el sistema de certificación de la DGNB se adapta a los requisitos de las distintas regiones del mundo. Sin embargo, la asociación proporciona una versión internacionalizada del sistema DGNB para todos los países, lo que permite certificar a nivel mundial sin mayores ajustes y se basa en las normas y estándares europeos actuales.

Hay que tener en cuenta que aunque en Alemania tiene dos sistemas de calificación con relevancia en el sector (DGNB y PassiVHaus), éstos coexisten con otras certificaciones de ámbito internacional, sobre todo LEED y BREEAM. Ante la variedad de estándares y opciones de certificación disponibles, ¿cómo elegir el sistema más adecuado? La respuesta depende de las características específicas de cada proyecto. Es esencial considerar que cada proyecto, cada cliente y cada inversor tiene distintas prioridades y necesidades. Por ejemplo, los actores internacionales suelen optar por estándares internacionales para construir y evaluar sus edificios en distintos países siguiendo el mismo criterio. Las empresas que operan a nivel nacional se inclinan normalmente por un estándar nacional, en este caso, alemán. Estas decisiones responden a estrategias definidas por los clientes finales.

Dada la actual variedad de sistemas de certificación es interesante que vayan implementándose y extendiéndose los criterios de estos certificados, como ocurre con el DGNB, porque repercute directamente en la calidad de los aspectos valorados en el edificio y al mismo tiempo es una herramienta que complementa a las normativas existentes, en tanto que crea una cierta distinción y verifica una excelencia. Lo ideal sería que si siguen extendiéndose las certificaciones poco a poco la excelencia en edificación sostenible pueda acabar convirtiéndose en el estándar y no en la excepción.

 

Carlos Vidal Wagner, arquitecto. Corresponsal del COAC en Frankfurt, Alemania. Mayo 2023

 

Fuentes:

https://www.dgnb.de/de/index.php

https://trinomics.eu/project/market-study-for-a-voluntary-common-eu-certification-scheme-for-the-energy-performance-of-non-residential-buildings/

https://www.realestate.bnpparibas.de/en/blog/esg/green-building-certification-systems

Foto: https://www.pxfuel.com/es/photos (foto lliure de copyright)

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Revista de corresponsales: Reciclando las mentes, un punto de vista diferente sobre la sostenibilidad en Australia

© Victor Olivar Alcami

El tema de la sostenibilidad lleva tiempo suficiente sobre la mesa como para merecer un artículo; empezaremos con tres preguntas básicas.

• ¿Cuál es la acción insostenible que está afectando al planeta de la forma más urgente?

• ¿Cuáles son los países más insostenibles en este asunto?

• ¿Cuál es la contribución de los arquitectos para revertir esta situación?

Sobre la dualidad entre el mundo natural y lo artificial -o humano-, diré que se trata de una herencia de la mentalidad de algunas religiones y algunas ciencias como la Darwiniana que ponen a la humanidad en el centro del pensamiento y el análisis, con la intención de clasificar los actos humanos de una forma diferente y especial. Sin embargo, resulta que la humanidad es un conjunto de animales y, por tanto, los actos humanos, no dejan de ser naturales (1*)

Si alguien se ha preguntado alguna vez cuál es el propósito en el mundo de nuestro conjunto orgánico al que llamamos “homo sapiens” (2*), basta con pensar en cualquier monte de desechos y abrazar la imagen como resultado natural de nuestra especie.

En el mundo hay muchos hechos que se convierten en profundamente nocivos para la vida orgánica que beneficia a los humanos y, debido al fuerte impacto que nuestras acciones tienen sobre nosotros mismos y nuestro conjunto orgánico, nosotros somos los causantes de nuestra propia extinción y de los animales, insectos y vegetaciones hermanadas que nos permiten vivir.

Si el planeta Tierra tuviera algún tipo de conciencia, podríamos decir que, por lo general, que haya vida en la superficie o no, le sería totalmente indiferente. La Tierra se renovará de nuevo y otro tipo de seres vivientes ocuparán nuestro sitio.

Hecha esta introducción, vamos a resolver la primera pregunta. Resulta pues que más allá del material de desecho, ya sea orgánico, reciclable o no, tóxico y/o radioactivo -que, con más de 2,000 bombas nucleares tiradas desde la invención de esta arma de destrucción, daría mucho de qué hablar (3) *)-, el tema que genera mayor presión debido a su impacto en el calentamiento global son las emisiones de CO2.

Resulta curioso ver que los países con mayor GDP, son también los que tienen una mayor producción de CO2. Al tratarse de los países más ricos y la forma de medir el CO2 se hace por países en vez de por negocios, existen básicamente dos formas de reducir las emisiones sin tener que hacer ningún cambio en las industrias: externalizar la producción de bienes a otros países y/o comprar “offsets” de producción de CO2.

Por tanto, no es tan evidente llegar a encontrar la información adecuada ya que al final los países ricos acaban pagando para externalizar su responsabilidad; en otras palabras, pagan por externalizar su sentimiento de culpabilidad.

Y pues, ¿cuáles son los países con más producción de CO2 per cápita? Pues países como Brunei, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Trinidad y Tobago. ¿Y por qué estos países? Pues resulta que son todos los grandes productores de petróleo del planeta. Éste sería un ejemplo de externalización de la producción de los países ricos al igual que los procesos de manufactura de muchas industrias del primer mundo se encuentran situados en China, India...

En la siguiente ronda de países contaminantes con los índices de producción de CO2 per cápita más elevados del mundo, y haciendo un análisis de economías más complejas no basadas en la economía del petróleo-quizás sorprende encontrar que australiano situada en primera posición con 15 ,09 toneladas de CO2 producido per cápita en 2021 (4*). Esta cifra es tres veces más que la media de CO2 producido en 2017 (5*)

Australia tiene mucha minería, pero sobre todo tiene mucha producción de carbón. El 33.6% de los gases de efecto invernadero en Australia se deben a la producción de energía. Es aquí donde el carbón forma parte esencial de la ecuación; en Australia todavía se utiliza carbón para generar energía puesto que se trata de una fuente muy barata.

Pero la pregunta clave ¿cómo es posible que un país con la extensión de terreno tan grande y tanto de Sol, todavía haga uso de la extracción fósil del carbón y no de la energía solar o incluso la atómica? La respuesta es más política que racional; los sectores más poderosos del país están completamente ligados a la industria minera.

Pese a alguna pequeña victoria mediática como el primer bloqueo de apertura de una nueva mina de carbón en 2023 por estar localizada en la Gran Barrera de Cora, parece que el proceso de cambio será lento y complicado.

Mientras, en una especie de mirada monolítica y miópica -también heredada de la perspectiva centrípeta de los arquitectos de los últimos siglos- en todas partes no paramos de escuchar la misma pregunta: ¿cuál sería el papel de los arquitectos al revertir esta situación?

Y de repente toda la industria de la construcción, causando del 30-40% de la producción de gases de efecto invernadero del planeta, comienza a medir la sostenibilidad de los procesos de producción con, entre otros, los Green Star Ratio; o con la certificación de las Passive Houses... Todas estas parecen, en principio, buenas estrategias en la redefinición de la industria de la construcción.

Sin embargo, el impulso actual hacia la medición de todos los procesos y la confianza actual en la ciencia numérica no deja de ser un proceso elitista que, a pesar de bien intencionado y mejor que no hacer nada al respecto, no deja de mostrar algunas grietas que no parecen tan evidentes en un primer análisis.

En un artículo que se podría traducir por “¿Es el reciclaje el problema, no la solución?” (7*), el autor hace referencia al punto de vista sobre el reciclaje del periodista australiano Jason Murphy en contra de facilitar el reciclaje. Comenta el artículo que en Alemania se introdujo un sistema para presionar y reducir el tamaño de las botellas de plástico para facilitar el proceso de reciclaje por parte de los usuarios antes de lanzarlas al contenedor de reciclaje. El resultado de la implementación de este avance en el sistema de reciclaje hizo que, al año siguiente, el consumo de botellas de plástico se multiplicara exponencialmente a expensas de una reducción del consumo de botellas de vidrio -obviamente mucho más sostenible que el plástico-. Por tanto, lo que parecería en principio una buena idea, podría acabar teniendo un efecto contrario; entramos en el campo de la psicología (8*).

De forma equiparable, la solución de crear más carreteras para solucionar un exceso de tráfico ha demostrado generar aún más excesos de tráfico ya que motiva a la población a coger más el coche a través de facilitar y ampliar las opciones de uso.

Por tanto, la clave de la sostenibilidad real recae en nuestra percepción. Podemos medir todo lo que queramos para sentirnos mejor y reducir los niveles de culpabilidad de nuestro nivel de vida, pero el cambio real recae en la forma que tenemos de situarnos en el mundo. No tiene mucho sentido vivir en una Passive House totalmente equipada con todo lo que creemos que necesitamos (habitaciones para invitados, habitaciones para lavadora y secadora, dos salas de estar, microondas, coche, más de dos hijos/as…) y seguir con nuestra vida satisfechos de nuestra contribución a plantar árboles en el mundo.

Aquí es donde es necesario ser más radicales en la propuesta y parece que la capacidad de sostenibilización de una sola pregunta es absoluta: ¿realmente necesitamos todas estas cosas?

De la misma manera que el concepto de desecho existe, ¿qué es un desecho? Qué concepto más perverso el de aceptar que algo no sirva para nada más que ser echado al bosque. Es en esta aceptación que la producción monolítica y desechable domina el mundo actual. El reciclaje no es una solución, sino una alternativa al problema. La producción de objetos debería estar pensada desde una cadena de usos consecutiva desde el principio en el proceso de concepción, de una forma más compleja en la variedad de usos, y tratando de evitar los procesos de destrucción.

Está claro que esta forma de ver el mundo requiere de un cambio más profundo y no será tan inmediato, pero si alguien me vuelve a preguntar cuál es el papel de los arquitectos al revertir esta situación, la respuesta es bastante evidente: trabajar en el mundo de las ideas para crear un mundo con unos valores y procesos de producción regenerativos. La sostenibilidad "de datos" actual, la podemos dejar para los técnicos.

 

Victor Olivar Alcami, arquitecto. Corresponsal del COAC en Sydney, Australia. Abril 2023

 

1* “Ecology against Mother Nature”, Slavoj Zizek

2* “Ens farem humans?”, Eudald Carbonell

3* “A Time-Lapse Map of Every Nuclear Explosion Since 1945 - by Isao Hashimoto

4*”Map of Greenhouse Gas emision”, Our World in data.org

5* “Where in the world do people emit the most CO2?”, Hannah Ritchie, Our Word in data

6* “Australia blocks coal mine to protect Great Barrier Reef” BBC, 8th February 2023

7*” Is recycling the problem, not the solution?” Liam Mannix, 15th Nov 2022, The Sydney Morning Herald.

8*” The warm glow of recycling can make us more wasteful”, Jenny Van Doorn & Tim Kurz, Journal of Environmental Psychology

Volume 77, October 2021

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Revista de corresponsals: Les certificacions en matèria de sostenibilitat en construcció: el DGNB d'Alemanya

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La sostenibilitat és un concepte que s'ha tornat cada vegada més rellevant en l'àmbit de l'arquitectura, especialment davant els desafiaments ambientals i socials que enfronta el món actual, de tal manera que dissenyar i construir edificis que minimitzin l'impacte negatiu sobre l'entorn natural i humà, i que optimitzin l'ús dels recursos energètics i materials ja no és una opció, si no que s'ha convertit en una necessitat. No obstant la sostenibilitat també busca millorar la qualitat de vida de les persones que habiten o visiten els espais arquitectònics, així com promoure la participació i la responsabilitat social i aquests aspectes encara no es veuen implementats en la gran varietat de certificacions de sostenibilitat disponibles en l’actualitat com veurem en aquest article.

Alemanya és un dels pioners i líders mundials en el desenvolupament i implementació d'estratègies i normatives per a fomentar la construcció sostenible, així com en la innovació i la recerca en aquest àmbit. Existeixen nombrosos certificats dins i fora d'Europa que acrediten la sostenibilitat en arquitectura en diferents categories. La majoria de les certificacions existents són d'origen privat, la qual cosa dificulta la seva integració amb les normes públiques dels estats. Per això, la Unió Europea va realitzar en 2014 un estudi per a crear un sistema comú de certificació d'edificis no residencials i d'ús públic. El propòsit de l'estudi era proposar una certificació única per a la Unió Europea i buscar maneres de millorar i estandarditzar els certificats d'eficiència energètica quant a coherència, utilitat, accessibilitat i precisió. Si bé no es va aconseguir avançar en un certificat europeu conjunt, l'estudi sí que va permetre tenir una visió més clara dels diferents tipus de certificació i el focus d'atenció de cadascuna d'elles.

El document classifica les principals certificacions mundials en 3 grups segons l'èxit de mercat, alt, mitjà i baix. Dins de les certificacions d'alt èxit de mercat trobem en l'àmbit internacional la certificació LEED (els EUA, 1993) i la certificació BREEAM (el Regne Unit, 1990). En l'àmbit europeu hi ha una gran varietat de certificacions, de les quals podrien destacar-se dins de les d'alt èxit de mercat el PassivHaus (Alemanya, 1988), HQE (França, 1992), el Minergie (Suïssa, 1998) així com el VERDE (Espanya, 2007), si bé aquest últim no es considerava en l'estudi de la CE com una certificació de baix èxit de mercat. Sumat a les certificacions anteriors, una de les més esteses en països de parla germànica i del qual ens ocuparem en aquest article, és la certificació DGNB (2007), del Consell Alemany per a la Construcció Sostenible.

El sistema de certificació de sostenibilitat en edificis DGNB és una eina que avalua l'acompliment ambiental, social i econòmic de les construccions, des del disseny fins a l'ús i el manteniment. L'objectiu d'aquesta certificació és promoure una arquitectura que contribueixi al desenvolupament sostenible, reduint l'impacte negatiu dels edificis sobre el medi ambient i la salut de les persones.

El sistema DGNB es basa en un concepte holístic de la sostenibilitat, que considera aspectes com la qualitat ambiental, l'eficiència energètica, el confort i la seguretat dels usuaris, la funcionalitat i l'adaptabilitat dels espais, l'accessibilitat, la qualitat tècnica i constructiva, i la viabilitat econòmica al llarg del cicle de vida de l'edifici. Aquest aspecte holístic el diferencia dels altres sistemes de certificació esmentats més amunt, especialment els més antics, que avaluen principalment la sostenibilitat ecològica d'un edifici i no aspectes més vinculats a la usabilitat i al confort (exceptuant el sistema WELL (els EUA, 2014) que precisament s'enfoca en la salut i benestar dels ocupants i la certificació espanyola VERDE, que inclou un apartat valorant els aspectes socials).

Per a obtenir la certificació DGNB, l'edifici ha de complir amb uns requisits mínims i aconseguir una puntuació global segons els criteris establerts per l'entitat que va desenvolupar i gestiona aquest sistema. El segell de qualitat per a la construcció sostenible s'atorga en els nivells de qualitat platí, or, plata i bronze en funció del percentatge obtingut en els paràmetres que defineixen una categoria concreta de sostenibilitat.

A més obre la possibilitat d'adaptar-se a canvis tècnics i socials; en el cas de l'accessibilitat per exemple, implica que es compleixin els requisits necessaris per a una implementació més exhaustiva de l'accessibilitat en cas de necessitat (la qual cosa es produeix quan es contracta un empleat amb necessitats especials); també inclou diferències específiques de cada país, com les condicions climàtiques o els requisits legals i estructurals en l'avaluació.

En cooperació amb organitzacions no governamentals i sense fins de lucre a l'estranger, el sistema de certificació de la DGNB s'adapta als requisits de les diferents regions del món. No obstant això, l'associació proporciona una versió internacionalitzada del sistema DGNB per a tots els països, la qual cosa permet certificar a escala mundial sense majors ajustos i es basa en les normes i estàndards europeus actuals.

Cal tenir en compte que tot i que a Alemanya té dos sistemes de qualificació amb rellevància en el sector (DGNB i PassiVHaus), aquests coexisteixen amb altres certificacions d'àmbit internacional, sobretot LEED i BREEAM. Davant la varietat d'estàndards i opcions de certificació disponibles, com triar el sistema més adequat? La resposta depèn de les característiques específiques de cada projecte. És essencial considerar que cada projecte, cada client i cada inversor té diferents prioritats i necessitats. Per exemple, els actors internacionals solen optar per estàndards internacionals per a construir i avaluar els seus edificis en diferents països seguint el mateix criteri. Les empreses que operen a escala nacional s'inclinen normalment per un estàndard nacional, en el aquest cas, alemany. Aquestes decisions responen a estratègies definides per els clients finals.

Donada l'actual varietat de sistemes de certificació és interessant que vagin implementant-se i estenent-se els criteris d'aquests certificats, com ocorre amb el DGNB, perquè repercuteix directament en la qualitat dels aspectes valorats en l'edifici i al mateix temps és una eina que complementa a les normatives existents, en tant que crea una certa distinció i verifica una excel·lència. L'ideal seria que si continuen estenent-se les certificacions a poc a poc l'excel·lència en edificació sostenible pugui acabar convertint-se en l'estàndard i no en l’excepció.

Carlos Vidal Wagner, arquitecte. Corresponsal del COAC a Frankfurt, Alemanya. Maig 2023

 

Fonts:

https://www.dgnb.de/de/index.php

https://trinomics.eu/project/market-study-for-a-voluntary-common-eu-certification-scheme-for-the-energy-performance-of-non-residential-buildings/

https://www.realestate.bnpparibas.de/en/blog/esg/green-building-certification-systems

Foto: https://www.pxfuel.com/es/photos (foto lliure de copyright)

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Revista de corresponsals: Reciclant les ments, un punt de vista diferent sobre la sostenibilitat a Austràlia

© Victor Olivar Alcami

El tema de la sostenibilitat porta prou temps sobre la taula com per a merèixer un article; començarem amb tres preguntes bàsiques.

  • Quina és l’acció insostenible que està afectant al planeta de la manera més urgent?
  • Quins són els països més insostenibles en aquest afer?
  • Quina és la contribució dels arquitectes per a revertir aquesta situació?

Sobre la dualitat entre el món natural i l’artificial -o humà-, diré que es tracta d’una herència de la mentalitat d’algunes religions i algunes ciències com la Darwiniana que posen a la humanitat en el centre del pensament i l’anàlisi, amb la intenció de classificar els actes humans d’una manera diferent i especial. Resulta però, que la humanitat és un conjunt d’animals i per tant, els actes humans, no deixen de ser naturals (1*)

Si algú s’ha preguntat alguna vegada quin és el propòsit al món del nostre conjunt orgànic al qual anomenem “homo sapiens” (2*), només cal pensar en qualsevol muntanya de deixalles i abraçar la imatge com a resultat natural de la nostra espècie.

Al món hi ha molts fets que esdevenen profundament nocius per a la vida orgànica que beneficia als humans i, degut al fort impacte que les nostres accions tenen sobre nosaltres mateixos i el nostre conjunt orgànic, nosaltres som els causants de la nostra pròpia extinció i dels animals, insectes i vegetacions agermanades que ens permeten viure.

Si el planeta Terra tingués algun tipus de consciència, podríem dir que en general, que hi hagi vida a la superfície o no, li seria totalment indiferent. La Terra es renovarà de nou i un altre tipus d’essers vivents ocuparan el nostre lloc.

Feta aquesta introducció, anem a resoldre la primera pregunta. Resulta doncs que més enllà del material de rebuig, ja sigui orgànic, reciclable o no, tòxic i/o radioactiu -que amb més de 2,000 bombes nuclears llençades des de la invenció d’aquesta arma de destrucció, donaria molt de què parlar (3*)-, el tema que genera més pressió degut al seu impacte en l’escalfament global són les emissions de CO2.

Resulta curiós veure que els països amb més GDP, són també els que tenen una producció més elevada de CO2. Com que es tracta del països més rics i la forma de mesurar el CO2 es fa per països en comptes de per negocis, hi ha bàsicament dues maneres de reduir les emissions sense haver de fer cap canvi a les indústries: externalitzar la producció de béns a altres països i/o comprar “offsets” de producció de CO2.

Per tant, no és tan evident arribar a trobar la informació adequada ja que al final els països rics acaben pagant per a externalitzar la seva responsabilitat; en altres paraules, paguen per a externalitzar el seu sentiment de culpabilitat.

I doncs, tot i així, quins són els països amb mes producció de CO2 per càpita? Doncs països com Brunei, Emirats Àrabs Units, Qatar, Kuwait, Trinidad i Tobago. I per què aquests països? Doncs resulta que són tots els grans productors de petroli del planeta. Aquest seria un exemple d’externalització de la producció dels països rics de la mateixa manera que els processos de manufactura de moltes indústries del primer món es troben situats a la Xina, l Índia... 

En la següent ronda de països contaminants amb els índexs de producció de CO2 per càpita més elevats del món, i fent un anàlisi d’economies més complexes no basades en l’economia del petroli-potser sorprèn trobar que Australià situada en primera posició amb 15,09 tones de CO2 produït per càpita el 2021 (4*). Aquesta xifra és tres vegades més que la mitjana de CO2 produït al 2017 (5*)

Austràlia té molta mineria però sobretot té molta producció de carbó. El 33.6% dels gasos d’efecte hivernacle a Austràlia són deguts a la producció d’energia. Es aquí on el carbó forma una part essencial de l’equació; a Austràlia encara s’utilitza carbó per a generar energia ja que es tracta d’una font molt barata.

La pregunta clau, però, és com és possible que un país amb l’extensió de terreny tan gran i tant de Sol, encara faci ús de l’extracció fòssil del carbó i no de l’energia solar o inclús l’atòmica? La resposta és més política que racional; els sectors més poderosos del país estan completament lligats a la indústria minera.

A pesar d’alguna petita victòria mediàtica com el primer bloqueig d’apertura d’una nova mina de carbó al 2023 per estar localitzada en la Gran Barrera de Cora, sembla que el procés de canvi serà lent i complicat.

Mentrestant, en una espècie de mirada monolítica i miòpica -també heretada de la perspectiva centrípeta dels arquitectes dels últims segles- en totes parts no parem d’escoltar la mateixa pregunta: quin seria el paper dels arquitectes en revertir aquesta situació?

I de cop i volta tota la indústria de la construcció, causant del 30-40% de la producció de gasos d’efecte hivernacle del planeta, comença a mesurar la sostenibilitat dels processos de producció amb, entre d’altres, els Green Star Ratio; o amb la certificació de les Passive Houses... Totes aquestes semblen, en principi, bones estratègies en la redefinició de la indústria de la construcció.

Tot i així, l’impuls actual cap al mesurament de tots els processos i la confiança actual en la ciència numèrica, no deixa de ser un procés elitista que, a pesar de ben intencionat i millor que no fer res al respecte, no deixa de mostrar algunes esquerdes que no semblen tan evidents en un primer anàlisi.

En un article que es podria traduir per “És el reciclatge el problema, no la solució?” (7*), l’autor fa referència al punt de vista sobre el reciclatge del periodista australià Jason Murphy en contra de facilitar el reciclatge. Comenta l’article que a Alemanya es va introduir un sistema per a pressionar i reduir la mida de les ampolles de plàstic per tal de facilitar el procés de reciclatge per part del usuaris abans de llençar-les al contenidor de reciclatge. El resultat de la implementació d’aquest avanç en el sistema de reciclatge va fer que l’any següent, el consum d’ampolles de plàstic es multipliqués exponencialment a costa d’una reducció del consum d’ampolles de vidre -òbviament molt més sostenible que el plàstic-. Per tant, el que semblaria en principi una bona idea, podria acabar tenint un efecte contrari; entrem en el camp de la psicologia (8*).

D’una manera equiparable, la solució de crear mes carreteres per a solucionar un excés de tràfic ha demostrat generar encara mes excessos de tràfic ja que motiva a la població a agafar més el cotxe a través de facilitar i ampliar les opcions d’ús.

Per tant la clau de la sostenibilitat real recau en la nostra percepció. Podem mesurar tot el que vulguem per a sentir-nos millor i reduir els nivells de culpabilitat del nostre nivell de vida però el canvi real recau en la forma que tenim de situar-nos al món. No té molt de sentit viure en una Passive House totalment equipada amb tot el que creiem que necessitem (habitacions per a convidats, habitacions per a rentadora i secadora, dues sales d’estar, microones, cotxe, més de dos fills/es...) i seguir amb la nostra vida satisfets de la nostra contribució a plantar arbres al món.

Aquí és on cal ser més radicals en la proposta i sembla que la capacitat de sostenibilització d’una sola pregunta és absoluta: realment necessitem totes aquestes coses?

De la mateixa manera que el concepte de deixalla existeix, què és una deixalla? Quin concepte més pervers el d’acceptar que alguna cosa no serveixi per a res més que ser tirada al bosc. És en aquesta acceptació que la producció monolítica i d’un sol ús domina el món actual. El reciclatge no és una solució sinó una alternativa al problema. La producció d’objectes hauria d’estar pensada des d’una cadena d’usos consecutiva des del principi en el procés de concepció, d’una manera més complexa en la varietat d’usos, i tractant d’evitar els processos de destrucció.

És clar que aquesta forma de veure el món requereix d’un canvi més profund i no serà tan immediat però si algú em torna a preguntar quin es el paper del arquitectes en revertir aquesta situació, la resposta es forca evident: treballar en el món de les idees per a crear un món amb uns valors i uns processos de producció regeneratius. La sostenibilitat “de dades” actual, la podem deixar per als tècnics.

Victor Olivar Alcami, arquitecte. Corresponsal del COAC a Sydney, Austràlia. Abril 2023

 

1* “Ecology against Mother Nature”, Slavoj Zizek

2* “Ens farem humans?”, Eudald Carbonell

3* “A Time-Lapse Map of Every Nuclear Explosion Since 1945 - by Isao Hashimoto

4*”Map of Greenhouse Gas emision”, Our World in data.org

5* “Where in the world do people emit the most CO2?”, Hannah Ritchie, Our Word in data

6* “Australia blocks coal mine to protect Great Barrier Reef” BBC, 8th February 2023

7*” Is recycling the problem, not the solution?” Liam Mannix, 15th Nov 2022, The Sydney Morning Herald.

8*” The warm glow of recycling can make us more wasteful”, Jenny Van Doorn & Tim Kurz, Journal of Environmental Psychology

Volume 77, October 2021

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