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Retazos Urbanos: Espacios para la vida en el Área Metropolitana de Bucaramanga, Colombia

© Alejandro Arango

Que cada espacio no sea sólo un lugar… sino una experiencia.

Gracias a su dinámica de crecimiento económico y social, desde hace muchos años los municipios de Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta dejaron de ser ciudades pequeñas y aisladas y se integraron como un gran centro urbano de más de un millón de habitantes denominado ÁREA METROPOLITANA DE BUCARAMANGA – AMB; motor de desarrollo y pujanza de Santander, uno de los departamentos más competitivos de Colombia.

Actualmente, el AMB es el lugar que concentra cerca del 70% de la población urbana del Departamento; una ciudad metropolitana que comparte proyectos viales, dispone de una misma infraestructura en materia de servicios públicos, controla su transporte en forma unificada, administra y preserva sus recursos naturales de manera conjunta y planea con visión de futuro su desarrollo urbanístico.

Como metrópoli, la calificación de calidad ambiental urbana se encuentra ubicada en el rango de MEDIA, debido, en gran parte, al déficit cuantitativo y cualitativo de espacio público, reflejado en la carencia y subutilización de áreas para la recreación pasiva y activa:  El indicador de espacio público efectivo en el AMB es de 3,93 m2 por habitante, muy distante de la meta propuesta por la Organización Mundial de la Salud – OMS, la cual establece un valor de 15 m2 por habitante.

Por tal razón, desde la Alcaldía de Bucaramanga surgió la iniciativa llamada “La piel de la democracia”, enmarcada dentro del plan de desarrollo municipal 2017-2019, y cuyo propósito es devolver al espacio el sentido de lo público y de la construcción social.

La estrategia contempla intervenciones físicas que van desde la recuperación, conexión y generación de espacio público de calidad, que a su vez sean accesibles y seguras para los ciudadanos. Para esto el municipio generó el Plan Maestro de Espacio Público; un instrumento de planificación de segundo orden enmarcado en el Plan de Ordenamiento Territorial y que propone la sistematización, el reordenamiento y la generación de espacio público en el territorio, buscando la cualificación de las condiciones urbanas, la preservación y el fortalecimiento de las zonas suburbanas que garanticen la calidad de vida de sus habitantes. Como resultado del plan, se genera un reto por la intervención territorial soportado en líneas estratégicas de gran impacto en la generación de espacio público debidamente conectado, que articula el territorio en todos sus ámbitos a través de proyectos que se derivan de las acciones de mayor impacto.

Ante esta situación, y en virtud de nuestras competencias como entidad encargada de programar y coordinar el desarrollo armónico e integrado del hábitat urbano, para alcanzar su eficiente administración en materia ambiental, de movilidad y de planificación, en función del desarrollo humano sustentable y el ordenamiento territorial, hemos proyectado nuestra estrategia articulando una visión metropolitana del espacio público a las diferentes líneas misionales de la Institución, como son la conservación de los bosques, el agua y el aire limpio; la protección de la fauna y la flora; la generación de espacios públicos para la integración ciudadana de nivel metropolitano; la construcción y promoción de infraestructura sostenible; la generación de conectividad y movilidad saludable, y la inteligencia colectiva a partir del conocimiento y la cultura metropolitana.

A partir de estos propósitos construimos nuestra gran apuesta institucional: Propender por la generación de espacios para la vida…  la vida de la gente de la ciudad metropolitana. Vida por la conservación y preservación de los recursos naturales; vida saludable; vida feliz; vida de las próximas generaciones; vida de las empresas ambientalmente amigables; vida colectiva y participativa, y vida de la innovación y la competitividad.

La construcción y adecuación del espacio público surge como una prioridad estratégica, la cual tiene un alto impacto sobre el bienestar y la vida comunitaria de la población, a través de redes peatonales, ciclo rutas y espacios públicos de alta calidad arquitectónica y urbana, garantizando superficies seguras, accesibles y continuas que permitan la integridad, movilización y un adecuado aprovechamiento de todos los ciudadanos, especialmente aquellos más vulnerables.

Desde el Área Metropolitana de Bucaramanga, la manera como materializamos nuestro propósito, es a través de la estrategia de Retazos Urbanos, que apunta a crear, regenerar, restituir y/o habilitar áreas residuales urbanas del territorio metropolitano como escenarios de vida, de cultura y de educación ambiental, bajo el lema ‘Que cada espacio no sea solo un lugar… sino una experiencia’.

Pretendemos entonces rehabilitar estas áreas públicas libres a través del diseño inclusivo en cuanto a su forma, uso y conectividad; suministrar vitalidad y utilidad a las áreas urbanas residuales; gestionar el espacio público a través de los proyectos ciudadanos de educación ambiental; generar inteligencia colectiva en torno a la sostenibilidad ambiental; así como promover el mantenimiento y cuidado comunitario de los espacios.

Partimos del concepto de que el Espacio Público debe estar libre de barreras físicas, sociales y económicas e integrado con el entorno inmediato para fomentar su uso cotidiano, mantenimiento y seguridad; que permite que la población siga interesada en la ciudad y la haga suya; promueve la cohesión social; tiene una función pedagógica esencial para la democracia y la transformación social; es fundamental para la sostenibilidad del medio ambiente y es el mayor dinamizador y articulador de la gestión ambiental de la comunidad del entorno y de los proyectos ciudadanos de educación ambiental.

Los pilares que sustentan esta iniciativa son:

_El Área Urbana Residual: como espacio de vitalidad y utilidad de espacio público existente en zonas urbanas desarrolladas, para aumentar la seguridad y mejorar la gestión. Las zonas vacías o residuales son adaptables para la apropiación de los barrios, habilitándose para los proyectos comunitarios.

_El Diseño: como instrumento para la creación, regeneración y restitución de espacio público y del ejercicio del derecho de las personas a la libertad de expresión y el empoderamiento cívico, teniendo en cuenta las identidades físicas, culturales y sociales que definen el lugar a través de la participación ciudadana. El proceso de diseño del espacio público debe ser coproducido con los interesados e incluir identidades físicas, culturales y sociales del lugar.

_La Cohesión social: como instrumento para la revitalización de la comunidad a través del espacio público inclusivo, seguro y accesible que promueve el multiculturalismo como lugar de convivencia y tolerancia, de la diferencia y del conflicto, creando escenarios ricos y vibrantes desde su creación, hasta su gestión y mantenimiento. La creación de espacio público de calidad mejora considerablemente las condiciones de hábitat en zonas urbanas ya consolidadas.

_La Cultura: como instrumento de la sostenibilidad del medio ambiente a través del espacio público gestionado como aula de educación ambiental comunitaria. El derecho a la ciudad implica la corresponsabilidad de los ciudadanos con la protección del medio ambiente, y el espacio público es el lugar donde se puede aportar, con mayor firmeza y masificación, en esta protección.

Rodolfo Torres Puyana, Arquitecto. Corresponsal del COAC en Bucaramanga, Colombia. Junio 2018.

Con el apoyo de AMB: Arquitecto Francisco Eugenio Jordán Serrano, Ingeniera Industrial Sandra Yaneth Parada Hernández

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Vista cenital d'un barri amb un camp de futbol.

Retalls Urbans: Espais per a la vida a l'Àrea Metropolitana de Bucaramanga, Colòmbia

© Alejandro Arango

Que cada espai no sigui només un lloc ... sinó una experiència.

Gràcies a la seva dinàmica de creixement econòmic i social, des de fa molts anys els municipis de Bucaramanga, Floridablanca, Girón i Piedecuesta van deixar de ser ciutats petites i aïllades i es van integrar com un gran centre urbà de més d'un milió d'habitants denominat ÀREA METROPOLITANA DE BUCARAMANGA - AMB; motor de desenvolupament i puixança de Santander, un dels departaments més competitius de Colòmbia. 

Actualment, l'AMB és el lloc que concentra prop del 70% de la població urbana del Departament; una ciutat metropolitana que comparteix projectes vials, disposa d'una mateixa infraestructura en matèria de serveis públics, controla el seu transport en forma unificada, administra i preserva els seus recursos naturals de manera conjunta i planeja amb visió de futur el seu desenvolupament urbanístic.

Com a metròpoli, la qualificació de qualitat ambiental urbana es troba situada en el rang de MEDIA, a causa, en gran part, al dèficit quantitatiu i qualitatiu d'espai públic, reflectit en la manca i subutilització d'àrees per a la recreació passiva i activa: L'indicador d'espai públic efectiu a l'AMB és de 3,93 m2 per habitant, molt distant de la meta proposada per l'Organització Mundial de la Salut - OMS, la qual estableix un valor de 15 m2 per habitant. 

Per tal raó, des de l'Alcaldia de Bucaramanga va sorgir la iniciativa anomenada "La pell de la democràcia", emmarcada dins el pla de desenvolupament municipal 2017-2019, i el propòsit és tornar a l'espai el sentit d'allò públic i de la construcció social. 

L'estratègia preveu intervencions físiques que van des de la recuperació, connexió i generació d'espai públic de qualitat, que al seu torn siguin accessibles i segures per als ciutadans. Per això el municipi va generar el Pla Mestre d'Espai Públic; un instrument de planificació de segon ordre emmarcat en el Pla d'Ordenament Territorial i que proposa la sistematització, el reordenament i la generació d'espai públic al territori, buscant la qualificació de les condicions urbanes, la preservació i l'enfortiment de les zones suburbanes que garanteixin la qualitat de vida dels seus habitants. Com a resultat del pla, es genera un repte per la intervenció territorial suportat en línies estratègiques de gran impacte en la generació d'espai públic degudament connectat, que articula el territori en tots els seus àmbits a través de projectes que es deriven de les accions de major impacte .

Davant d'aquesta situació, i en virtut de les nostres competències com a entitat encarregada de programar i coordinar el desenvolupament harmònic i integrat de l'hàbitat urbà, per assolir la seva eficient administració en matèria ambiental, de mobilitat i de planificació, en funció del desenvolupament humà sostenible i l'ordenament territorial, hem projectat la nostra estratègia articulant una visió metropolitana de l'espai públic a les diferents línies missionals de la institució, com són la conservació dels boscos, l'aigua i l'aire net; la protecció de la fauna i la flora; la generació d'espais públics per a la integració ciutadana de nivell metropolità; la construcció i promoció d'infraestructura sostenible; la generació de connectivitat i mobilitat saludable, i la intel·ligència col·lectiva a partir del coneixement i la cultura metropolitana.

A partir d'aquests propòsits construïm la nostra gran aposta institucional: propendir per la generació d'espais per a la vida ... la vida de la gent de la ciutat metropolitana. Vida per la conservació i preservació dels recursos naturals; vida saludable; vida feliç; vida de les pròximes generacions; vida de les empreses ambientalment amigables; vida col·lectiva i participativa, i vida de la innovació i la competitivitat. 

La construcció i adequació de l'espai públic sorgeix com una prioritat estratègica, la qual té un alt impacte sobre el benestar i la vida comunitària de la població, a través de xarxes de vianants, cicle rutes i espais públics d'alta qualitat arquitectònica i urbana, garantint superfícies segures, accessibles i contínues que permetin la integritat, mobilització i un adequat aprofitament de tots els ciutadans, especialment aquells més vulnerables.

Des de l'Àrea Metropolitana de Bucaramanga, la manera com materialitzem el nostre propòsit, és a través de l'estratègia de Retalls Urbans, que apunta a crear, regenerar, restituir i / o habilitar àrees residuals urbanes del territori metropolità com a escenaris de vida, de cultura i d'educació ambiental, sota el lema 'Que cada espai no sigui només un lloc ... sinó una experiència'.

Pretenem llavors rehabilitar aquestes àrees públiques lliures a través del disseny inclusiu pel que fa a la seva forma, ús i connectivitat; subministrar vitalitat i utilitat a les àrees urbanes residuals; gestionar l'espai públic a través dels projectes ciutadans d'educació ambiental; generar intel·ligència col·lectiva al voltant de la sostenibilitat ambiental; així com promoure el manteniment i cura comunitari dels espais.

Partim del concepte de que l'Espai Públic ha d'estar lliure de barreres físiques, socials i econòmiques i integrat amb l'entorn immediat per fomentar el seu ús quotidià, manteniment i seguretat; que permet que la població segueixi interessada en la ciutat i la faci seva; promou la cohesió social; té una funció pedagògica essencial per a la democràcia i la transformació social; és fonamental per a la sostenibilitat del medi ambient i és el major dinamitzador i articulador de la gestió ambiental de la comunitat de l'entorn i dels projectes ciutadans d'educació ambiental.

Els pilars que sustenten aquesta iniciativa són:

• L'Àrea Urbana Residual: com a espai de vitalitat i utilitat d'espai públic existent en zones urbanes desenvolupades, per augmentar la seguretat i millorar la gestió. Les zones buides o residuals són adaptables per l'apropiació dels barris, habilitant per als projectes comunitaris.

• El Disseny: com a instrument per a la creació, regeneració i restitució d'espai públic i de l'exercici del dret de les persones a la llibertat d'expressió i l'empoderament cívic, tenint en compte les identitats físiques, culturals i socials que defineixen el lloc a través de la participació ciutadana. El procés de disseny de l'espai públic ha de ser coproduït amb els interessats i incloure identitats físiques, culturals i socials del lloc.

• La Cohesió social: com a instrument per a la revitalització de la comunitat a través de l'espai públic inclusiu, segur i accessible que promou el multiculturalisme com a lloc de convivència i tolerància, de la diferència i del conflicte, creant escenaris rics i vibrants des de la seva creació, fins a la seva gestió i manteniment. La creació d'espai públic de qualitat millora considerablement les condicions d'hàbitat en zones urbanes ja consolidades.

• La Cultura: com a instrument de la sostenibilitat del medi ambient a través de l'espai públic gestionat com a aula d'educació ambiental comunitària. El dret a la ciutat implica la corresponsabilitat dels ciutadans amb la protecció del medi ambient, i l'espai públic és el lloc on es pot aportar, amb més fermesa i massificació, en aquesta protecció.

Rodolfo Torres Puyana, arquitecte. Corresponsal del COAC a Bucaramanga, Colòmbia. Juny 2018.

Amb el suport d’AMB: Arquitecte Francisco Eugenio Jordà Serrano, enginyera industrial Sandra Yaneth Parada Hernández

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Río 2016: ¿Y ahora qué?

© Pau Iglesias

Cuando una ciudad es elegida sede olímpica, ciudad que debe ser ejemplo de valores de transformación humana, evolución urbanística y de respeto con el medio ambiente, todos los aspectos sociales, institucionales y técnicos deben ir de la mano. Es mucha la responsabilidad social, como para no pensar y actuar en beneficio de los ciudadanos.

Casi dos años después de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, la mayor parte de las instalaciones olímpicas están cerradas y deterioradas, espacios abiertos que tenían que transformarse en grandes parques públicos no funcionan, la segunda área de ocio más grande de la ciudad está cerrada y las piscinas olímpicas donde Phelps nadó, están abandonadas y criando mosquitos. La frustrada descontaminación de la Baía de Guanabara, las obras de saneamiento y recuperación de las "lagoas" de la Barra da Tijuca y del Jacarepaguá, que se han quedado a la mitad, la supervivencia de sólo uno de los nueve proyectos ambientales presentados al Plan de Políticas Públicas, algunas obras de metro paradas, pocas líneas de VLT (tranvía) ejecutadas, carriles bici mal construidos que de vez en cuando se llevan las olas junto con vidas humanas, son algunas de las realidades actuales en la ciudad carioca. Con este triste panorama abrimos el presente artículo.

En la mayoría de arquitectos, entiendo que, tanto en Cataluña como en Brasil, nos apasiona trabajar en la mejora de los espacios públicos, en la evolución del confort en las edificaciones y en la conexión eficaz de las infraestructuras urbanas. Me atrevería a decir que lo tenemos en el ADN profesional. ¿Qué pasa entonces cuando, en un caso concreto, estos valores no acaban de materializarse en una mejora de los equipamientos para los ciudadanos? ¿Dónde radica el error? ¿Será que los arquitectos no hemos analizado bien el presente urbano y las necesidades de futuro? ¿O la negligencia radica en otras manos más administrativas?

Me es inevitable pensar en el caso de Barcelona '92. ¿Qué pasó para que una ciudad poco conocida en todo el mundo acabara siendo referencia internacional, a pesar de su "pequeña" dimensión? ¿Qué hizo que hubiera un "antes" y un "después"? ¡Todo encajó! Desde un gran entendimiento institucional, a una gran actuación urbanística y una gran inversión económica (como ocurre en todas las sedes olímpicas, entendida como una "inversión de futuro"). Actuaciones como los 35 km de anillos viarios, reduciendo el tráfico interno cuando, antes, las calles Valencia y Aragón parecían carreteras, y la rehabilitación de la Ronda Litoral con playas inéditas donde antes había tren e industrias, son claros ejemplos de esta transformación. Pero yo creo que, además, uno de los puntos fuertes de este éxito fue la gran excitación y participación ciudadana. Cuando todo un pueblo está impregnado de esta energía constructiva, no hay obstáculo que lo detenga.

Si realmente es aquí donde radica uno de los pilares del éxito para que una ciudad se regenere constructivamente, nos damos cuenta de que en Brasil se hubiera tenido que invertir en proyectos y actuaciones sociales, y hacer un análisis exhaustivo de los tejidos urbanos y de sus identidades, antes de actuar. Es evidente que en los Juegos Olímpicos de Río también hubo mucha excitación y participación ciudadana, pero alguna pieza nos falta. Quizás esta pieza tiene carácter administrativo con un exceso de ideas utópicas generadas por estudios europeos aplicadas a una realidad en que el inmediato tiene preferencia sobre el perdurable. El ejemplo de la Arena do Futuro, construida con estructuras prefabricadas, que debería transformarse en cuatro escuelas para barrios pobres y que todavía no se ha transformado, nos puede dar pistas de qué piezas nos hemos dejado por el camino.

Debemos entender que, como arquitectos catalanes, nuestra actuación en Brasil debe adaptarse a una realidad social mucho más compleja que la nuestra. Proyectos que en Europa funcionan a la perfección, en Brasil se quedan huérfanos, por falta de gestión y planificación. Debemos agudizar nuestros sentidos profesionales, entendiendo la situación y ofreciendo soluciones más sociales que técnicas. Ante la evidencia de que las clases ricas y las pobres están cada vez más desconectadas, siempre será positivo que nuestra actuación ayude a disminuir esta distancia, aunque sea con un pequeño gesto arquitectónico, como la supresión de barreras tanto arquitectónicas como urbanísticas.

No puedo ocultar que la realidad brasileña es difícil, con todos sus problemas sociales, políticos y económicos, pero el carácter positivo y alegre de los brasileños, me hace soñar en que algún día este país evolucionará socialmente con menos diferencias entre clases sociales y con partidos políticos valientes que no les de miedo invertir sabiamente en beneficio de todos los ciudadanos y no de una minoría.

En el 2020, todos los brasileños y los que vivimos aquí, en Brasil, tenemos otra oportunidad con la nominación de Río de Janeiro como Capital Mundial de la Arquitectura por el Consejo de la Unión Internacional de los Arquitectos (UIA), tal y como anunciaba ya nuestro corresponsal del COAC, Carlos Arribas. ¿Qué debemos hacer para que haya un "antes" y un "después"? Que los errores sirvan para aprender y que las responsabilidades sean aplicadas con valores de respeto, conocimiento y evolución tanto urbana, ambiental como humana.

Pau Iglesias, arquitecto. Corresponsal del COAC en Passo Fundo, Brasil

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Arquitectura sostenible en Argentina

Estructura del sostre eco casa Villa So © Bibiana Sciortino

La responsabilidad que asumimos los arquitectos para atender los requerimientos de las personas y el cuidado del medio ambiente y su sostenibilidad es un tema fundamental en la etapa de diseño.

Arquitectos comprometidos con el tema priorizan en sus diseños la calidad de vida de sus usuarios y tienen conciencia del impacto ambiental que causa la arquitectura en relación con el cambio climático y sus consecuencias en el medio ambiente.

A partir de la década de 1970 los científicos advirtieron que muchas de estas acciones producían un impacto sobre la naturaleza, con evidente pérdida de la biodiversidad, y elaboraron teorías para explicar la vulnerabilidad de los sistemas naturales.

En este marco por iniciativa de las Naciones Unidas se desarrollaron sucesivas Cumbres, llamadas Conferencias de la ONU sobre el Medio Ambiente, con el objeto de delinear políticas internacionales para poner freno al deterioro ambiental. Estas cumbres se conocen como Cumbres de la Tierra.

La primera tuvo lugar en Estocolmo en 1972. Allí se establecieron las bases de las primeras políticas medioambientales y la conciencia de que los recursos naturales deben ser preservados.

La utilización del término 'sostenible' comienza a partir del informe de la ONU elaborado en 1987 por diversas naciones reunidas en comisión, encabezadas por la doctora Gro Harlem Brundtland, en ese momento primera ministra de Noruega. Originalmente se denominó "Our Common Future", (“Nuestro futuro común"). En este informe se utilizó por primera vez el término 'Desarrollo Sostenible': "El desarrollo es sostenible cuando satisface las necesidades de la presente generación sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para que satisfagan sus propias exigencias"

Este informe basa el desarrollo sostenible en tres factores: sociedad, economía y medio ambiente, y remarca que el empobrecimiento de la población mundial es una de las principales causas del deterioro ambiental a nivel global.

En 1992 los jefes de estado reunidos en la "Cumbre de la Tierra" en Río de Janeiro se comprometieron a buscar juntos un programa de acción para el siglo XXI (Programa 21), ratificaron el Convenio sobre la Diversidad Biológica y acordar la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Los resultados fueron las sucesivas Conferencias de Partes (COP) y el Protocolo de Kyoto sobre el cambio climático, acuerdo internacional firmado en 1997 con el objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y que entró en vigor en 2005.

En las siguientes cumbres de Johannesburgo en 2002 y nuevamente Río de Janeiro en 2012 se produjeron avances en la formalización de acuerdos con el fin de detener el deterioro ambiental y el consecuente cambio climático, aunque los progresos no fueron paralelos con la gravedad del problema ante la poca contribución de algunos de los países más contaminantes. En 2015 se realizó la cumbre en París, donde se estableció un acuerdo que sustituyó el Protocolo de Kyoto llamado Acuerdo de París. En 2017 se hizo en Bonn la 23ª Conferencia de la ONU (COP23) que concluyó con la aprobación de un documento en el que empiezan a concretarse las reglas del Acuerdo de París contra el cambio climático. Cerca de 200 países reafirmaron su compromiso, a pesar de la salida de Estados Unidos.

 

Hacia una arquitectura sostenible

En la primera cumbre de Río de Janeiro, en 1992, también se realizó una reunión convocada por investigadores, académicos y ONG mundiales para debatir cuál era el estado del conocimiento ambiental en las diferentes disciplinas. Hubo cientos de trabajos de todo el mundo entre los que se encontraban los de arquitectos provenientes de corrientes previas como la arquitectura bio-climática, la solar, la verde, etc.

Es en 1998 cuando se publicó el documento An Introduction to Sustainable Architecture donde se sintetizan los principios de la Arquitectura Sostenible.[1]

En 2004 en Argentina el Diccionario de arquitectura precisa las palabras bio-climática, bio-ambiental, solar pasiva, sostenible, ambientalmente consciente, para unificar una línea de pensamiento y define: "... estos adjetivos se integran en construcciones que designan las estrategias y los edificios que son concebidos, se construyen y funcionan de acuerdo con los condicionantes y posibilidades ambientales del lugar (clima, valores ecológicos), sus habitantes y estilos de vida "

El tema continuaba impreciso, y en 2005 se realizó el Primer Seminario Internacional de Arquitectura Sostenible y Bioclimática con el fin de reunir a especialistas iberoamericanos a dirimir el enfoque de cada sub-corriente y encontrar acuerdos, en la ciudad de Montería, Colombia.

El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el principal organismo dedicado a la promoción de la ciencia y la tecnología en Argentina creó en 2013 el área de Hábitat, Ciencias Ambientales y Sostenibilidad, para que de manera progresiva se trabajara en temas ambientales. En esta área se encuadran líneas de investigación tales como: el diseño de nuevos materiales, planeamiento urbano, diseño de viviendas, hábitat y energía, arquitectura bioclimática y sostenible, historia de la arquitectura y diseño ambientalmente consciente.

En 2015 se integra a investigadores de diferentes disciplinas, biólogos, físicos en energías renovables, ingenieros, sociólogos, antropólogos, agrónomos, químicos, historiadores y arquitectos para interactuar y conseguir la primera comisión transversal con base en la sostenibilidad.

Esto muestra la consolidación institucional que va alcanzando esta corriente de pensamiento en la arquitectura, junto al compromiso de los arquitectos en tomar conciencia del impacto ambiental que causa el ejercicio profesional en relación con el cambio climático.

La arquitectura genera un impacto social en la población y son necesarios buenos ejemplos en cada comunidad para mostrar las guías a seguir.

Después de tres décadas de presentar el informe Brundtland no se encuentra una concepción global clara y precisa de la arquitectura sostenible. Es un concepto que todavía tiene los problemas de la visión personal, subjetiva y poco científica, y cada arquitecto lo define de una manera diferente.

A esto se le suman intereses económicos creados alrededor de la arquitectura que están desvirtuando el verdadero concepto de sostenible. Una construcción con certificación de eficiencia energética y aparentemente con materiales y con tecnologías ecológicas, en la práctica no necesariamente es sostenible. La arquitectura verdaderamente sostenible debe conseguir sus fines fundamentalmente con un diseño eficiente, buscando optimizar los recursos naturales y los sistemas de edificación de tal modo que minimicen el impacto ambiental sobre el medio ambiente y sus habitantes.

"La arquitectura sostenible implica un compromiso honesto con el desarrollo humano y la estabilidad social, utilizando estrategias arquitectónicas para optimizar los recursos y materiales; disminuir al máximo el consumo energético, promover la energía renovable, reducir al máximo los residuos y las emisiones, reducir el mantenimiento, (...) y mejorar la calidad de la vida de sus ocupantes ".

(Luís de Garrido)[2]

Actualmente se puede determinar como de sostenible es un proyecto, hay conocimientos científicos y técnicos para construir hábitats sostenibles y autosuficientes. Hay contados arquitectos a nivel internacional que han asumido el reto profesional de crear una eficiente arquitectura sostenible a través de un diseño racional, para ello hay que formarse en diversas disciplinas ecológicas.

 

Un ejemplo de arquitectura sostenible: Eco-barrio Villa Sol

En Salsipuedes, Córdoba (Argentina), un grupo de arquitectos proyectó y comenzó a construir el primer barrio ecológico de la provincia [3]

El proyecto fue coordinado por las arquitectas Isabel Donato y Marta Sosa, que pusieron en práctica las experiencias aprendidas en la Expo 2000 de Hannover [4], en la planificación del Eco barrio.

En 2005 comenzó la primera etapa del proyecto, que consta de siete hectáreas de las cuales el 50% son destinadas para esparcimiento y micro iniciativas, como por ejemplo un huerto orgánico.

El proceso busca adaptarse al terreno y construir con los materiales propios de la zona como piedra, tierra y arena. A diferencia de las viviendas tradicionales que se construyen sobre la base de un cuadrado, estas se realizan en base a un octógono para aprovechar la luz solar y con techos en forma de cúpula de madera y caña. Estos diseños fueron incorporados al código de edificación de la ciudad de Córdoba.

Esta urbanización ecológica es un proyecto con sentido social, que cuenta con energías alternativas, bio-construcción, plantas fito-depuradoras y huertas orgánicas.

Además, es una comunidad de barrio que provee alimentos, trabajo, cuidado para los niños y ancianos, y el apoyo de un grupo humano solidario. Cabe destacar de este proyecto la investigación y experimentación de principios sostenibles.

 

Conclusión:

A nivel global la planificación de la arquitectura está inmersa en una inercia reticente a los cambios y le corresponde encontrar respuestas realistas y efectivas de acuerdo con el presente. Esto se debe conseguir a través del uso racional de los medios de que disponemos hoy para generar unas condiciones de vida dignas, a las que todas las personas deben tener acceso sin que ello implique la destrucción irremediable del medio ambiente. Se puede confirmar que la Arquitectura Sostenible es verdaderamente una Arquitectura Eficiente.

 

Bibiana Sciortino, arquitecta. Corresponsal de Córdoba, Argentina


[1] Escuela de Arquitectura y Planeamiento Urbano, Universidad de Michigan, 1998, EUA.

[2] Exposición Mundial de Arquitectura Sostenible, 2010, Fundación Canal, Madrid

[3] Un estilo de vida diferente, LA NACION, Argentina 11/02/ 2006

[4] Exposición Universal, Hombre, naturaleza y tecnología, orígen de un nuevo mundon, Hannover 2000, Alemania

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