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Reto El Carrasco: de relleno sanitario a parque contemplativo metropolitano en Bucaramanga, Colombia

© Rodolfo Torres Puyana, Bucaramanga, Colombia.

El relleno sanitario El Carrasco es el sitio donde 17 municipios del Departamento de Santander, en Colombia, realizan la disposición final de más de 1.000 toneladas diarias de residuos sólidos desde el año 1978.

Se trata de un terreno de 93,2 hectáreas, divididas en tres cárcavas naturales, ubicado en un sector conocido como Malpaso en la comuna 11 al suroccidente de Bucaramanga, alrededor del cual habitan cerca de 30.000 personas. El barrio más cercano se llama El Porvenir, que se desarrolló alrededor del relleno sanitario durante más de 40 años y cuyos habitantes han padecido las consecuencias de ser el vecino más cercano al sitio de disposición de residuos más importante del centro oriente Colombiano: malos olores, proliferación de insectos, contaminación de fuentes hídricas y desvalorización de sus inmuebles, entre otras.

A partir del año 2009, se inician en la región una serie de procesos judiciales y acciones populares interpuestas por los habitantes del barrio El Porvenir, que concluyen en la orden de cierre del relleno sanitario debido al agotamiento de la capacidad de almacenamiento de residuos.  La fecha final de clausura se anunció y prorrogó en varias oportunidades debido a la situación de “riesgo de calamidad pública ambiental en Bucaramanga” y a la gravísima emergencia sanitaria que genera el hecho de no contar con un sitio adecuado para disponer residuos en una sociedad que no para de generarlos…  De esta forma, El Carrasco continuó habilitado para recibir las basuras de un promedio de 14 a 17 municipios como lo venía haciendo, pero esta vez, en las celdas 1, 2 y 3 de la cárcava número 2.

Sobre el año 2016, además de iniciar acciones tendientes a fomentar la cultura de la separación de residuos y a identificar un nuevo sitio y nuevas tecnologías para la gestión de residuos en la región; surge la pregunta sobre qué destino tendría el área clausurada del relleno, qué hacer para tratar de compensar el impacto generado por la actividad del relleno a la comunidad del barrio el Porvenir; cómo aprovechar esta coyuntura para crear nuevas áreas destinadas a la recreación, ocio y esparcimiento de los habitantes como elemento clave en el mejoramiento de los indicadores de espacio público efectivo por habitante y de calidad de vida en el ambiente urbano….  

Bajo este contexto, el Área Metropolitana de Bucaramanga, entidad planificadora y autoridad ambiental y de transporte de los municipios de Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta y Girón, expidió el Acuerdo Metropolitano 003 de 2017 que consideró viable y deseable la incorporación de la zona clausurada del relleno sanitario El Carrasco como espacio susceptible para transformarse en el Parque Contemplativo Metropolitano El Carrasco de 12,62 hectáreas de extensión. 

A partir de esta declaratoria, el taller de arquitectura de la entidad, empezó a imaginarse cómo transformar un sitio en el que nadie quiere estar, en un plan atractivo para niños y adultos.  Se definió entonces que el espacio debía contener áreas para actividad deportiva y zonas de encuentro con espacios verdes complementarios y de contemplación, que proporcionaran a la comunidad históricamente afectada por el funcionamiento del relleno sanitario, un gran parque para el deporte y el sano esparcimiento de sus habitantes.

De esta forma, encima de toneladas de basura ubicadas en el área clausurada y restaurada hace 20 años del relleno sanitario El Carrasco, en la llamada Cárcava 1, zona 1, en lo que era una depresión natural dentro de los depósitos aluviales de la terraza de Bucaramanga, se edificó un escenario deportivo y recreacional que representó un gran reto para la arquitectura.

Por la naturaleza del terreno, para elaborar los diseños se estudió en detalle los elementos constructivos que aportaran estabilidad y resistencia.  El área de intervención de este equipamiento es de 38.602 metros cuadrados sobre los cuales se construyó un circuito conformado por dos sistemas de circulación de carácter continuo que articulan las diferentes actividades que se desarrollan en el parque y que renuevan el paisaje urbano y natural.

El primero consiste en un recorrido que brinda confortable movilidad peatonal de 970 metros, sobre el cual se acoplan modernos juegos infantiles para tres grupos de edad, gimnasio biosaludable al aire libre con máquinas para el acondicionamiento físico, áreas de espacios deportivos – dos canchas polifuncionales en asfalto, dos para voleibol en arenilla y dos para mini fútbol con terminación en grama sintética y parqueadero.  En esta zona se realizó el mejoramiento del terreno conformando terrazas, combinando un relleno granular seleccionado con refuerzos de tracción sintéticos. El segundo sistema, corresponde a un circuito exclusivo para el uso de la bicicleta de 920 metros en donde se aprovechó la topografía con pendiente considerable para proporcionar un pequeño grado de dificultad al deportista y se instalaron biciparqueaderos.

En el desarrollo de los circuitos se establecen puntos de servicios y áreas de estar y contemplación que en su totalidad cumplen con los criterios de accesibilidad universal. Estas características, garantizan la consolidación del parque como un sitio de encuentro, espacios verdes articulándose a la montaña y bosques nativos aledaños como complemento a la majestuosa visual que ofrece el lugar, consolidando los bordes urbanos y fomentando cohesión social y seguridad para el sector.

Aunque para muchos puede sonar imposible, en el parque no se perciben malos olores de los desechos que se están disponiendo a solo 300 metros de las canchas y juegos infantiles. La percepción de las personas que visitan el parque es que no están en un relleno sanitario sino en cualquier otro lugar en la ciudad.

Representa una gran satisfacción institucional, profesional y personal, afirmar que las condiciones de la zona de influencia del parque han cambiado significativamente, pasando de ser un área que típicamente generó una gran problemática, a un espacio de vida y una zona que presta enormes servicios a toda el Área Metropolitana de Bucaramanga.  Hoy, estamos ante un notable ejemplo de la conversión de un pasivo ambiental en un excelente elemento dotacional con gran impacto social que potencia nuestra región como un territorio inteligente.

 

Autor: Rodolfo Torres Puyana, Arquitecto. Corresponsal del COAC en Bucaramanga, Colombia. Agosto 2019.

Apoyo AMB: Arquitecto Francisco Eugenio Jordán Serrano, Ingeniera Industrial Sandra Yaneth Parada Hernández

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