Una de las ciudades más desconocidas y con más calidad de vida de Brasil, es Curitiba. La capital del estado del Paraná, en el sur del país, y con casi 2 millones de habitantes, posee un polo industrial fuerte que ha producido un alto crecimiento económico. Es una ciudad con una atmósfera cosmopolita y, según algunos estudios, considerada la más avanzada en cuestión de educación de todo el país.

Esta ciudad es especialmente conocida por ser un caso de éxito de implantación de una propuesta de urbanismo sostenible. Se ha aplicado una política urbana sensible con el medio ambiente y que cuenta con la participación de la ciudadanía. Este planteamiento ha apostado por la creación de nuevos espacios públicos, la conservación del centro histórico de la ciudad y la definición de un sistema de transporte público altamente efectivo. Además, también se ha apostado por la creación y la protección de parques públicos, recuperando varias canteras en desuso y convertir estanques, lagos y pantanos en puntos de drenaje de agua de lluvia, para evitar inundaciones.

Uno de los máximos responsables de este éxito es el arquitecto, urbanista y político, Jaime Lerner, el que ha sido alcalde de la ciudad en tres ocasiones. Lerner transformó la ciudad en los ámbitos de la planificación urbana, el transporte público, el cuidado por el medio ambiente y los programas sociales. Él implementó La "Rede Integrada de Transporte" (RIT), que es un sistema de autobuses en carriles exclusivos y el primer sistema de autobús de tránsito rápido implantado en todo el mundo, que ha servido como modelo de transporte para otras ciudades, entre las que destaca Bogotá, con su

"TransMilenio". La "Rede Integrada de Transporte" de Curitiba tiene como espina dorsal de su funcionamiento 72 km de vías exclusivas para autobuses que recorren los 5 ejes principales de la ciudad y que constituyen las llamadas líneas rápidas (Expreso biarticulada) con sus estaciones fácilmente identificables por su forma de tubo, totalmente adaptadas y accesibles.

Además, la ciudad cuenta con el Museo Oscar Niemeyer, siempre atractivo para los arquitectos y no tan arquitectos, con un primer proyecto del mismo Niemeyer en 1967, concebido como un instituto de educación, reformado y adaptado a la función de museo en 2002, también por Oscar Niemeyer, con el nombre de "Novo Museo".
Actualmente, la ciudad continúa innovando y preocupándose por la calidad urbanística, con propuestas como el "Plano de Estructura Cicloviária" que ampliará la red de carriles bici en la ciudad con más de 200 km. Como arquitectos, Curitiba es una ciudad atractiva para nuestra condición de urbanistas y para aquellos que valoren los esfuerzos políticos, sociales, medioambientales y urbanos, con un buen resultado. Es una ciudad digna de ser analizada y experimentada, con una mezcla cultural y cosmopolita que la transforma en un núcleo complejo, pero al mismo tiempo, en un lugar donde las buenas ideas se pueden aplicar gracias a un gran sentido común y mucha aceptación, sacrificio y participación ciudadana. Un ejemplo que seguir por el resto de las ciudades latinoamericanas y, por qué no decirlo, parte del mundo occidental.

Pau Iglesias, arquitecto, corresponsal del COAC en Passo Fundo, Brasil. Abril 2019