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Lost in Transition: la importancia del papel de los urbanistas en los próximos 40 años en Francia
En la visión del desarrollo territorial, transición social y energética.
Resumen: "En la 47ª encuentro de las agencias de urbanismo (FNAU) que tuvo lugar en París a principios de noviembre se revela la importancia del papel de los urbanistas en la mediación entre la clase política, las fracturas sociales y la urgencia climática proclamada para numerosos científicos como Jean Marc Jacovichi."
Con ocasión de la 47ª encuentro de las agencias de urbanismo Francesas (FNAU) que tuvo lugar en París a principios de este mes de noviembre se releva la importancia de las nuevas investigaciones sociológicas y científicas en vínculo con la nuevas dicotomía urbana / rural.
Valérie Pécresse, Presidenta del Consejo Regional - Ile de France habla de una parte de urgencia social como consecuencia de las desigualdades territoriales entre zonas urbanas, rurales y peri-urbanas (movimiento de Gilet Amarillos) y por otro lado de urgencia climática como factor impuesto más allá de todo color político. "Ya no podemos pensar en un crecimiento económico de desarrollo anárquico, como lo hacíamos antiguamente, ahora nos tenemos que desarrollar y crear trabajo al tiempo que respetamos el medio ambiente" dijo a la charla de inauguración de la 47ª encuentro.
El tema central de debate que durará 3 días enteros es como re-conectar y crear nuevos vínculos entre territorios. Cómo evitar que los territorios cada vez más desconectados aíslen ante un mundo híper-conectado, delante de ciudades-mundo. Cómo romper con la idea de una "Francia periférica olvidada respecto una Francia de metrópolis ganando". La cuestión del vínculo es una cuestión vital. Las fracturas sociales identifican como fracturas territoriales (enclave, lejanía de servicios, movilidad privada, etc ...). Pero las fracturas no son solamente sociales, son numéricas, culturales, educativas, medioambientales, etc ...
Al Ile de France (región Parisina) el 50% de las ciudades son rurales pero sólo representa un 5% de la población total. La cuestión de la descentralización, reparto de los equipamientos, igualdad de servicios públicos, educación, sanidad, y desarrollo es todavía un problema sin resolver.
La visión de los urbanistas y la función de los institutos de urbanismo se convierte en este momento de una responsabilidad trascendental en la mediación entre políticos y población para lograr una conciliación entre el crecimiento / desarrollo territorial, identidad personal y preservación del planeta.
La ecología empieza a estar en el corazón de algunas posiciones políticas, pero para muchos científicos como Jean Marc Jancovich ya es demasiado tarde para continuar con un crecimiento económico indefinido. Para este ingeniero, centrado en la búsqueda de temas de energía y clima, estamos perdidos en una transición energética sin rumbo, como explica en la conferencia del 3 de septiembre 2019 "Lost in transition" ante los alumnos de Telecom.
Jean Marc Jancovich desmiente que los políticos se hayan centrado en conseguir una transición energética real y los critica de haber mentido durante los 10 últimos años en cuanto a toda voluntad de no pasar el límite de 1.5 ° de calentamiento global. Los critica también de seguir manteniendo esta farsa y cerrar los ojos hacia una catástrofe socio-climática. Jancovich detalla que las energías renovables representan todavía un porcentaje muy minoritario respecto al consumo total mundial de energía y hace una demostración impecable entre la relación directa del aumento del PIB en el sistema capitalista y el consumo de energía fósil. En definitiva demuestra que el aumento de las emisiones de CO2 tiene una implicación linealment proporcional con el aumento del PIB de un país. En esta demostración, deja por sentado de que el modelo capitalista tiene su fin en la misma catástrofe social, porque se basa en la explotación de recursos naturales y éstos no son infinitos. Así, llega a la conclusión de que si se quiere conservar los 2 ° de calentamiento planetario del que ya empieza a hablar la prensa, el consumo de energía (mundial) debería reducirse por tres en los próximos 30 años respecto al consumo que tenemos hoy en día.
Sabiendo que el transporte representa un 14% de las emisiones, de CO2 globales, las cementeras un 6% y la agricultura un 20% la cuestión que expone Valérie Pécresse sobre la necesidad de hacer crecer la región de Ile de Francia como consecuencia de una cantidad importantísima de recién llegados anuales debería tomarse aún más cautela y reflexión.
Se habla de nuevos vínculos territoriales, pero desde el punto de vista de Jancovici estos nuevos vínculos deberían ser la base del nuevo modelo económico-social, ya que según mi punto de vista, centrarse en la respuesta directo de creación de nuevos empleos y nuevos alojamientos para los recién llegados es tomar el problema desde el punto de vista tradicional del desarrollo urbano. Si se quiere tomar la urgencia climática y social en serio, la respuesta debería centrarse en soluciones NO basadas en el sistema de alejamiento entre el consumo y la producción, favoreciendo la emergencia de nuevas polaridades económicas extra-metropolitanas y ligadas a un modelo de consumo (energético, alimentario, etc ...) basado puramente en energías renovables, en una producción agrícola de procesos no contaminantes, en una minimización del transporte en las transacciones mercantiles, etc ... Pero parece que estas medidas no son suficientes sin un cambio en las políticas capitalistas actuales hacia políticas de reparto solidario de los recursos naturales y producción.
Como dice François Dubet en la 47ª encuentro de la FNAU, las movilizaciones de los Gilet Jaunes es una consecuencia directa de la urgencia climática. El porcentaje de participación en las manifestaciones (y en particular los actos más violentos de éstas) está directamente ligado con el grado de dependencia del coche. La urgencia social se traduce hoy por un problema de representación de identidad individual, a diferencia de hace unos años donde los movimientos sociales eran de carácter colectivo y representaban un estatus social (obreros-burguesía). Hoy en día, existe la sensación de que nos construimos una vida en un mundo que no lo permite más. Desde el punto de vista colectivo, esta experiencia está fuera de toda representación política y se desarrolla alrededor de una hostilidad hacia las élites. Las cóleras individuales (y el fuerte sentimiento de desprecio) no permiten identificarse con un movimiento político preciso sino solamente con un sentimiento de falta de respeto y odio contra las élites. Esto no es un hecho individualizado de Francia ni una consecuencia directa a la crisis.
Gilet Jaunes en inglés se llama brexit, en italiano Salvini y si me puedo permitir, en español independentismo Catalán. Países como Noruega no se salvan del populismo, aunque es uno de los países más ricos de Europa. Todo el electorado de Trump tiene raíces un discurso militante por una valorización de la dignidad personal, fundada a partir del odio hacia los demás (odiamos los ricos pero odiamos aún más a los pobres). François Dubet da alguna pista de trabajo para resolver la multiplicación de las desigualdades que crean este sentimiento. Según él no se puede construir un nuevo modelo de sociedad desde arriba, hay que empezar por resolver los problemas desde lo local, desde los pueblos y las ciudades. Esto, según él, dará lugar a una nueva concepción del modelo a seguir. A pesar de la visión positiva de Dubet, Paula Vigano insiste en la percepción de abandono de los habitantes de territorios peri-urbanos y rurales, insistiendo en el peligro de extinción de estos últimos. Vigano tiene razón al alertar que, a pesar de la fuerte resiliencia de estos territorios (habitados desde hace mucho tiempo y con numerosas infraestructuras desplegadas durante la historia), hay una dinámica destructiva creciente, de reducción de servicios, de escuelas que cierran, de accesibilidad médica, cultural y de servicios en general. A esto se le añade la dinámica de dependencia del coche y una estigmatización del mal ciudadano.
Podíamos pensar que la metropolitanización se pueda construir de una manera diferente? Sin competición, sin una fuerte jerarquía entre los territorios?
Para Vigano, los urbanistas tienen un trabajo importante que hacer a nivel espacial en cuanto al tipo de relación creada entre estos territorios y habla de una nueva concepción de ciudad: la metrópolis horizontal, basada en dispositivos de redistribución entre territorios equitativas que dejen atrás la polarización de recursos.
Para re-crear vínculos reales, que supriman las islas territoriales, que supriman esta sociedad de archipiélagos que tanto bien explica Jerôme Fourquet, el urbanista juega un rol muy importante de representación de este mundo. Los urbanistas tenemos que crear las herramientas de representación y comunicación que permitan salir de este vocabulario de oposición entre las aglomeraciones ricas y los territorios pobres, para minimizar las consecuencias nefastas que este vocabulario implica en cuanto al estallido de desigualdades. Fourquet explica que la dimensión geográfica es estructurante para la representación individual en este paisaje de multiplicación de las discriminaciones. "Hemos creado imágenes de las que deberíamos ser más cautelosos». Para él, opuestamente a lo que proclama Jackes Lévi, la transición ecológica se puede hacer a escala de la comuna e inter-comunal.
En la construcción de un nuevo modelo de representación, la ecología podría ser revolucionaria en cuanto a la manera de crear las divisiones de la sociedad en el futuro. Actualmente las fuerzas políticas ecologistas no tienen mucha fuerza en los territorios no metropolitanas, pero en la transición reside la clave, y los urbanistas tienen un papel trascendental.
Marina Daviu, arquitecta. Corresponsal del COAC en París, Francia