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La industrialización de la arquitectura en los Estados Unidos de América
La sociedad ha ido evolucionando, los avances tecnológicos, la industrialización y la producción en serie han sido uno de los logros o desastres del ser humano, según como se mire. Por un lado, pienso que el logro ha sido por la generación en serie de grandes productos que la sociedad demanda, pero por otro lado la pérdida de identidad frente al poder económico. Con esto no quiero decir que esté en contra del poder económico, pero tampoco quiero dejar de remarcar las consecuencias, que en cierta manera están en nuestras manos, con la pérdida de identidad que está provocando.
La industrialización de la arquitectura es el título de este artículo porque creo que es un fenómeno que está sucediendo a gran escala en los Estados Unidos de América y como es de esperar será tendencia pronto en Europa.
Desde que inauguré mi firma de Arquitectura en Miami en el 2016, y con unos años frenéticos de experiencia y aprendizaje (sobre todo más de aprendizaje que de experiencia, llevo más de 15 años a mis espaldas, no son muchos, pero me dan una visión más panorámica), he visto la gran diferencia en gestionar una firma de arquitectura. En España, porque no se bien si en Europa pasa lo mismo, aunque imagino que será igual, la arquitectura se centra en solucionar problemas en implantación, programa y todo lo que ya sabemos, pero en USA la arquitectura es una fábrica de producción.
He llegado a esta conclusión por varios motivos. Uno de ellos es que el urbanismo basado en la cuadrícula sin historia en tramas urbanas hace que “todos” tengan la misma parcela, 50’x100’ (16mx33m), rectangular, plana, norte-sur, este-oeste. Cuando se quiere hacer un edificio compran varias parcelas, las unifican y hacen el gran edificio que puede ocupar una manzana. Con esto quiero decir que las proporciones son las mismas, más o menos, pero a mayor escala. Edificio orientado a sur-norte, o este-oeste. Además, son de 1 habitación, 2 o 3 habitaciones como mucho, de manera estándar.
Un amigo de Miami que es de Barcelona, una noche hablando de arquitectura le pregunté: ¿Cuántos amigos tienes en Barcelona que tengan un piso de una habitación y que sean iguales? La respuesta fue clara, cada uno más o menos tiene un piso diferente, con más pasillo, más o menos cuadrado, etc…La misma pregunta en Miami, la respuesta también es evidente, diría que el 95% de la gente que conozco que vive en un piso de una habitación, dos o tres, es prácticamente el mismo con sus variantes. La homogenización, la repetición y la producción en serie de edificios con más de 300 viviendas hace que se tenga que producir más que crear.
Con esta premisa, la firma de arquitectura acaba siendo una fábrica de producción de planos, donde la rapidez es un plus, y la calidad arquitectónica acaba quedando en un segundo plano, limitando a las casas de lujo o edificios singulares los que demandan arquitectura, pero al final las viviendas acaban siendo las mismas.
Qué ha pasado con Sullivan, Frank Lloyd Wright entre otros de los grandes de América, mi respuesta es clara, la industrialización de la arquitectura ha provocado que los arquitectos acaben siendo directores de fábricas de viviendas quedando atrás lo que nos diferencia de otras profesiones. Miramos a la gente, sabemos interpretar el clima, sabemos escuchar y al final creamos un producto de arquitectura único, adaptado y especializado para cada cliente en cada lugar. Ahora puedes pintar de otro color la fachada, cambiar la orientación y poner balcones de cristal y tienes otro edificio igual que el anterior, pero maquillado que parece un proyecto nuevo y que cuadra en cualquier parcela que tu cliente pueda tener. Así que repetir es negocio.
Time is money!
Para la población sólo ve un edificio nuevo, donde el exterior no es de mayor importancia y lo que interesa es que el interior esté decorado con buenos servicios comunitarios. En cuanto a las casas unifamiliares pasa lo mismo, con poner una piscina, una palmera y una hamaca, la foto es espectacular porque el lugar, el entorno caribeño, llena la carencia de arquitectura.
Os hago esta reflexión porque es lo que percibo, somos arquitectos porque somos profesionales que sabemos trabajar el espacio, el uso, la técnica y sabemos interpretar infinitos factores que afectan a las personas que van a vivir dentro de los edificios, y además sabemos hacer las cosas interesantes para que sean piezas de arte puestas en la ciudad. Las personas viajan para ver ciudades, que están hechas por arquitectos, y es una de nuestras funciones, pero en USA se han olvidado de quienes somos porque los mismos arquitectos quieren producir y no diseñar.
Tenemos que reclamar, porque lo hemos perdido, la función del arquitecto para que no produzca como si trabajara en una fábrica, para evitar que las ciudades en las que vivimos y en concreto las personas que las habitan pierdan su identidad.
Somos arquitectos, no queremos producir, y queremos crear!
Joaquín Fernández, arquitecto. Corresponsal del COAC en Miami, Estados Unidos de América