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Enric Batlle y Juan Herreros participan en la clausura del Congreso

Imatge: 
© Col·legi d'Arquitectes de Catalunya (COAC)

El arquitecto madrileño Juan Herreros abrió la jornada de clausura del Congreso de Arquitectura, y lo hizo con una conferencia sobre el interés general de la arquitectura y sus valores para mejorar las ciudades, el territorio y la vida de las personas. 

El arquitecto, catedrático de Proyectos en la ETSAM y profesor en la GSAPP de Columbia University, quedó maravillado de las obras del Mercado de Sant Antoni, escenario del acto: "cuando alguna cosa está en construcción es un momento inquietante que consume la energía de mucha gente para hacer posible alguna cosa nueva que permanecerá en el tiempo y que se ha construido con mucho esfuerzo". Para Herreros, esta es la complejidad de la arquitectura: tirar adelante un proyecto. Una complejidad que, ahora, en estos tiempos de cambio, exige toda la atención de los arquitectos.

Para Herreros, la complejidad de las nuevas tecnologías no es la parte física (programas de ordenador, aparatos...), sino cómo éstas operan en la sociedad y la transforman de una manera completamente desconocida hasta ahora. "El futuro del ejercicio de la arquitectura es sin dibujos, sin presencia física y sin el control de la totalidad del proyecto", aseguró. Hay sistemas de producción en tiempo real que permiten tomar decisiones al momento, incluso sin estar presente en el estudio, en las reuniones con los clientes o, incluso, en la obra. "Tenemos una manera de pensar global que nos permite trabajar en otros contextos, dirigir equipos locales de forma remota". Según Herreros, ha quedado desfasado el mito del arquitecto que quiere controlarlo todo. Ahora tenemos la oportunidad de desarrollar proyectos con contenido experimental que implican compartir el terreno con otros equipos. 

Herreros puso como ejemplo el Centro Internacional de Convenciones de Bogotá, o la Torre Banco Panamá. Son edificios que se planearon en manos de muchos despachos de arquitectos y profesionales de otras disciplinas, cada uno dedicado a su parcela, pero que, a la vez, permiten adaptarse a los nuevos tiempos e ir evolucionando con las necesidades del momento. Y explica que, en los proyectos que desarrollan desde su estudio, ya tan solo dibujan un par de plantas, alzados y secciones... Después, la distancia les permite estandarizar las formas, como hicieron en Panamá. En el CICB se eliminaron rampas, escenarios, butacas... para pasar a ser un espacio más polivalente que el clásico centro de convenciones. De esta manera, el edificio consiguió integrarse con la ciudad y su gente.

"La función fundamental del arquitecto ya no es convencer a los demás de que su proyecto es el mejor, sino escuchar y devolver un análisis de lo que necesita una ciudad". Para ello, para Herreros es esencial el trabajo en equipo, y no, "como pasaba antes, que el arquitecto estaba rodeado de ayudantes que le resolvían los problemas". "El arquitecto ahora es más bien un DJ que hace lo que puede con lo que tiene. Ya no se encuentra arriba, sino al lado. Ha caído el mito del arquitecto director de orquesta".

Para Herreros, el pensamiento global es una de sus estrategias para explorar el futuro de las ciudades. "Debemos entender que cuando hacemos alguna cosa en la esquina, ésta forma parte del mundo. Y cuando hacemos alguna cosa en la otra punta del mundo, ésta dice mucho de ella y de nosotros". Por eso, pide reconectar el pequeño esfuerzo de cualquier arquitecto, "porque tiene una fuerza enorme". "Hemos de explicar a la sociedad en qué consiste exactamente nuestro trabajo, y que sepan qué podemos hacer por ellos. La arquitectura ha de ser esencial en la construcción del futuro, un futuro que sabemos que es complicado. Por eso, necesitamos que nuestra profesión sepa qué podemos hacer por los demás".

Seguidamente, el arquitecto Enric Batlle habló sobre el desarrollo del territorio y el espacio público. La conferencia del arquitecto catalán giró alrededor de tres ejes: la ecología, el ocio y la producción. Batlle habló de la necesidad de actuar sobre paisajes degradados, no sólo sobre los terrenos verdes y agrícolas. “La voluntad de preservar los espacios que tenemos ha de ser prioritaria. Debemos devolver vida a unos parajes a menudo olvidados por la ciudadanía”, reclamó. El arquitecto puso de ejemplo el proyecto del fotógrafo Sebastiao Salgado, que plantó dos millones de árboles en la finca de su padre, en Brasil, maltratada por la sequía y el ganado, y que permitió recuperar centenares de especies de plantas y árboles y devolver animales a la zona. “Tenemos la capacidad de volver a cambiar todos los espacios del mundo”, insistió Batlle. Para éste arquitecto barcelonés, cualquier excusa, “como un balcón”, es buena para hacer crecer verde.

Enric Batlle habló sobre el Área Metropolitana de Barcelona, con 636 km2, ocupados por un gran número de asentamientos urbanos de todo tipo y por una densa red de infraestructuras y servicios. Sin embargo, en este territorio aún hay un sistema de espacios abiertos que ocupa más del 52% de la superficie total. Se trata, pues, de una de las metrópolis con más espacios verdes de Europa. Esta infraestructura verde metropolitana, de una gran riqueza ambiental y social, está formada por Collserola, el Garraf, la serralada de Marina, el Llobregat, el Besós, las rieras y riachuelos, las playas metropolitanas, el Parc Agrari del Baix Llobregat, la red de parques metropolitanos, además de otros espacios de naturaleza más urbana. Todos estos espacios configuran una infraestructura verde interconectada, con más de 60 hábitats diferentes donde viven más de 5.300 especies, muy relevante para la ecología, el ocio y la producción de la metrópolis.

Batlle destacó la necesidad de recuperar los espacios verdes y acercarlos a la ciudad. “Ahora se puede genenrar energía con cubiertas verdes o tener un huerto. Todos queremos comer de quilómetro cero. Puede ser una moda, pero esta moda es muy positiva. Hemos de comer lo que se hace en Catalunya. Nuestro país no se salvará con normativas, se salvará comiéndonoslo”, remarcó. 

Batlle habló de los límites estratégicos de sus proyectos, aquellos donde confluyen dos situaciones que queremos, como la ciudad y los espacios verdes. “Se trata de no estar en el lugar: se ha de estar en el límite”. En esta línea, Enric Batlle ha comisariado la exposición Metrópolis Verde, que muestra la diversidad de estos espacios abiertos metropolitanos y explora los retos que se plantean para una metrópolis que quiere un territorio más accesible, saludable y, en definitiva, habitable. El objetivo de la exposición, que se enmarca en los actos del Congreso de Arquitectura, es divulgar esta nueva mirada sobre los espacios libres, no como residuales, sino más bien como espacios vertebradores de la metrópolis y escenarios llenos de vida, ocio, naturalez y producción. 

30/11/2016
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