El Auditorio de los Caputxins de Figueres acogió el pasado 7 de octubre la primera jornada del Simposio sobre Suelo No Urbanizable [2](SSNU), que centró su atención en las construcciones y en las actividades que se pueden encontrar y desarrollar en esta tipología de suelo. En la actualidad, Cataluña tiene más de 500.000 edificaciones identificadas en suelo no urbanizable el que nos tiene que traer a una reflexión sobre el futuro que abre la sociedad de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), y si el ámbito rural puede ofrecer y permitir nuevas oportunidades que den nueva vida a los ámbitos rurales o a edificaciones en desuso.
La jornada arrancó con la bienvenida por parte de la alcaldesa de Figueres, Marta Felip, y del delegado del Alt Empordà del COAC, @E. Antoni Vilanova. Seguidamente, la arquitecta Anna Barceló planteó qué tendrían que ser los límites y el futuro de este suelo, puesto que se hace evidente que la legislación es importante por la necesidad humana y preservación del paisaje, pero seguramente se tienen que reajustar estas normas: ampliar las actividades admitidas, decidir qué se puede hacer con las construcciones con un futuro incierto, diferenciar los diferentes tipos de suelo (agrícola, forestal), porque no tendrían que tener las mismas reglas.
La primera intervención fue a cargo del poeta y arquitecto Joaquim Español, con la conferencia 'Natura y Simulacro'. Hizo una fuerte crítica a las intervenciones realizadas en el suelo no urbanizable a lo largo del tiempo causando el artificialització de la natura con la sobreexplotación y con la sobreprotecció, llegando al extremo que la natura, "antes universal, ha pasado a ser museística". Y en relación con las intervenciones de las edificaciones del suelo no urbanizable, comentó que estas están imitando "una falsa imagen rural al extremo de simular un pesebre". Afirmó que la distancia entre el hombre y la realidad cada vez es más grande; que "el hombre ve la natura a través de una pantalla, en lugar del contacto directo". Español es de la opinión que todos tenemos que dominar las herramientas de transformación del suelo no urbanizable, donde el proyecto no tiene que actuar sobre las consecuencias de los desperfectos (disimulando las averías) sino en las causas: hay que instruir con el no-hacer antes del hacer. Concluyó que hace falta una mirada innovadora.
La segunda intervención la hizo Francesc Muñoz, doctor en geografía y profesor del Departamento de Geografía de la UAB, que definió que el suelo no urbanizable es ambiguo y contradictorio, "no se conocen donde están los límites (in – out)". También explicó que las ciudades en el mediterráneo son diferentes (hay de compactos, de continuas, de discontinuas), y por lo tanto hacen falta protocolos de actuación diferentes. Además los procesos y necesidades actuales han cambiado (nuevas infraestructuras de servicios, parques de ocio, nuevos tipos de equipamientos como plantas de tratamiento de residuos, etc.), así que el suelo no urbanizable "tiene que pasar de valor residual a valor estratégico". También expresó la necesidad de reconocer y apostar por el patrimonio ordinario, que es la gran mayoría, y no sólo el extraordinario. Por eso "hace falta una nueva caja de herramientas para intervenir en este patrimonio ordinario y generar una narrativa al suelo no urbanizable que ahora no tiene". Apostó por unas estrategias de intervención integral: el clúster (combinar las premisas buenas de los diferentes proyectos), y concluyó que se tiene que combinar la intervención y la gestión, puesto que actualmente los profesionales están especializados en diagnosis o proyecto.
Por su parte, Manuel Ruisánchez, arquitecto, paisajista y miembro del Departamento de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la UPC, con "'Interviniendo en el paisaje'. En su discurso apostó por una mirada sintética, de proyecto, para dar valores. Explicó que "la mirada es el que hace el paisaje; este no existe sin esta". También hizo una reflexión sobre la nomenclatura, el suelo "no" urbanizable es de exclusión, es el resto, es el que no se considera urbano. Seguramente, "no es la nomenclatura más idónea". Además, expuso que para generar lugares hace falta un proyecto y este tiene que considerar la infraestructura, el sistema, el suelo, así como la misma realidad. Es de la opinión que se tiene que apostar por la renaturalització (construir de forma natural). Concluyó que construir en suelo no urbanizable "no es un problema sino que hay que estudiar y entender el lugar, y tener capacidad de proyecto. Hay que recuperar la infraestructura multifuncional no sólo la lineal. Se tiene que tener conciencia que se está interviniendo en el territorio: no sólo se construye paisaje sino que hay que activarlo con los mecanismos de proyecto."
La mañana se cerró con una mesa redonda en la cual se identificó que el suelo no urbanizable está formado por piezas de mosaico unidas por corredores y que estas conexiones están desapareciendo. Se está poniendo en riesgo la estabilidad del territorio. Para proyectar no se puede tener una visión única, se tiene que tener en cuenta la infraestructura del verde, del paisaje, del patrimonio, de la tecnología, del clima, de la cultura, del hecho social, de la memoria. Se habló que hay una angustia del que se está construyendo en este contexto, pero no se arregla con normativas sino con la sensibilidad. Hace falta un compromiso ético del proyectista y hacer un análisis de los valores que se quiere tener.
La tarde fue el momento para conocer ejemplos prácticos; de conocer proyectos reales. Jaume Torrent hizo una reflexión hablando de los micropobles y del significado de rehabilitación y reconstrucción (construir de nuevo). A continuación, dio a la primera experiencia práctica que fue a cargo del paisajista Martí Franch con el 'Proyecto del borde'. Franch quiso remarcar que hay que ser conscientes que hemos manipulado el territorio y se tiene que volver a cuestionar las cosas. "El paisaje se tiene que entender como una infraestructura". Fue crítico con el hecho que se proyecta sobre plano sin conocer el lugar; se proyecta sobre topográfico "donde todas las líneas tienen el mismo valor". Reivindicó que se tiene que ir al lugar, a conocer el territorio. También afirmó que se tiene que replantear como practicar el oficio.
La segunda presentación la hizo Bernat Llauradó, urbanista, arquitecto y arquitecto técnico especializado en el urbanismo a los micropobles. Hizo una ponencia sobre el desarrollo urbanístico y los procesos urbanizadores que se han llevado a cabo en los pueblos con menos de 500 habitantes (micropobles), donde el entorno paisajístico es muy frágil. Expuso que los micropobles de Cataluña son varios en función de donde están situados. Reflexionó sobre los valores patrimoniales, y explicó que "la identidad del territorio se ha perdido". Puso ejemplos de urbanizaciones mal situadas y desproporcionadas, y manifestó que hace falta un catálogo de fachadas urbanas. También mostró interés en que se tiene que recuperar las fachadas de atrás de los pueblos, puesto que es un valor paisajístico. Afirmó que tenemos que hacer un urbanismo más artesanal y que se tienen que hacer cambios en la normativa municipal y autonómica. En relación a la forma de actuar en pueblos de núcleos pequeños expuso que los valores paisajísticos se tienen que legislar de forma que contemplen tanto el control y rigorositat en los detalles constructivos, que marcan y conforman los valores patrimoniales edificados, hasta el control de los valores paisajísticos globales, a la escalera de los paisajes donde están inmersos. Concluyó que hay que construir reformando, rehabilitando, ampliando de manera justa y precisa y al lugar que toca.
Seguidamente, el arquitecto José González Baschwictz intervino para hablar de la problemática de las edificaciones históricas. Mencionó el desajust entre dimensiones del patrimonio edificado y las necesidades actuales de la vivienda unifamiliar. Expuso que "actualmente la única salida que hay por estas viviendas es el uso turístico". Puso énfasis con la complejidad de las tramitaciones: sólo las sociedades de cierta envergadura son capaces de tramitar los expedientes, mientras que los pequeños propietarios se ven incapaces de tramitar los expedientes necesarios. También reflexionó sobre las edificaciones agropecuarias, edificios descuidats, abandonados, y sobre las ruinas. González Baschwictz puso en cuestión el marco normativo y expuso contradicciones como por ejemplo, que no se permite la vivienda plurifamiliar en el suelo no urbanizable pero si se admiten plurihabitatges de uso turístico. Consideró que "se está enfocando todo hacia el uso turístico" y puede haber otras salidas en las edificaciones del suelo no urbanizable. Propuso como se tienen que regular los usos, en función de las características objetivas de cada masía: tamaño, accesibilidad, riesgos, entornos protegidos y estado de conservación.
El arquitecto Lluís Auquer habló sobre 'La tragedia de un río' donde contrastó la capacitado creadora de la naturaleza frente a la capacidad transformadora y destructiva del hombre. Hizo una reflexión sobre la evolución del territorio desde la era glacial hasta la actualidad, y afirmó que se tiene que articular la modernidad con la natura, recuperando el ecosistema.
La tarde también fue el turno de Montserrat Nogués, arquitecta, que explicó lo proyecto 'Rehabilitación y ampliación de la masía Can Caláis de St. Joan las Fuentes', una obra premiada a la XIII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo y a los Premios de Arquitectura de las Comarcas de Girona. Expuso que la rehabilitación es más sostenible que construir de nuevo, pero que las administraciones tendrían que poner más facilidades. Presentó un proyecto donde exteriormente se recupera el volumen original, e interiormente la distribución está hecho según las necesidades del cliente. La obra que explicó combina la arquitectura tradicional con la contemporánea. Y explicó que cree que la construcción nueva (ampliación) no tiene que imitar el antiguo.
Y, finalmente, la última intervención del día fue la de Un par de arquitectos (Guillemos Moliner y Eduard Callís) con 'hurgando la Tierra'. La ponencia la hizo Guillemos Moliner que explicó en el auditorio que la construcción en el suelo no urbanizable es diferente según la situación y no hay ningún manual. Expuso que cuando se construye en el suelo no urbanizable se está domesticando el territorio que en principio es salvaje: la casa hace el paisaje, la casa construye el paisaje, lo transforma, lo articula, y también el paisaje hace la casa, se puede introducir el paisaje dentro de la casa. Explicó que se tiene que poder reinterpretar la construcción tradicional; que la edificación "se tiene que poder transformar, tiene que ser flexible porque todo evoluciona y cambia, y las necesidades también".
Esta primera jornada da pie a la segunda dedicada al Paisaje, que tendrá lugar el próximo viernes 14 de octubre a Sala El Torín de Olot [3]. En total, serán tres días donde más de treinta profesionales, entre los cuales encontramos arquitectos, urbanistas, paisajistas, geógrafos, pondrán sobre la mesa el estado de la cuestión de los dos grandes bloques que trata el simposio. Un espacio que tiene que servir para hacer preguntas sobre el futuro de esta tipología de suelo y como tiene que afrontar las transformaciones que se le tiene que aplicar con una nueva normativa. Este Simposio se enmarca dentro de las actividades del Congreso de Arquitectura 2016 y ha sido organizado por la Demarcación de Girona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), y forma parte de los actos del Congreso de Arquitectura 2016. Cuenta con el apoyo de la Generalitat de Cataluña, la Diputación de Girona, los Ayuntamientos de Girona, Figueres y Olot, el Observatorio del Paisaje, y la Fundación de Estudios Superiores de Olot.
Links:
[1] http://coac.arquitectes.cat/en/node/10530
[2] http://www.simposisnu.com/
[3] http://congresarquitectura2016.org/ca/content/simposi-sobre-s%C3%B2l-no-urbanitzable-bloc-2-paisatge
[4] http://coac.arquitectes.cat/en/javascript%3Ahistory.back%281%29